La mayoría de las compañías aéreas ponen restricciones a viajar en avión estando embarazada de más de 7 meses para evitar la posibilidad de que el bebé nazca durante el vuelo. Por el contrario, mientras la fecha de parto esté lejos, y no exista alguna contraindicación médica, todas las futuras mamás pueden viajar en avión estando embarazada. Se puede viajar mientras se cursa el embarazo, y aunque lo ideal es no viajar muy seguido y que el trayecto no supere las 4 o 5 horas, es factible realizar vuelos de largo recorrido.
A partir de las 32 semanas de gestación, las aerolíneas exigen un certificado médico que confirme la etapa de embarazo y la aptitud para volar de la pasajera. La futura madre debe firmar un documento que exima a la compañía de toda responsabilidad en caso de que surgiera algún problema relacionado con su estado durante el vuelo.
a) En el momento que se realice la reserva, decir que se está embarazada y elegir un asiento en primera fila o en pasillo, que facilite la entrada y la salida y que esté cerca del baño. Así, tus piernas tendrán más espacio.
b) Acordarse de llevar en mano el certificado médico al facturar o retirar pasaje.
c) Viajar con ropa ancha que no obstaculice la circulación.
d) Durante el trayecto en avión, levantarse al menos cinco minutos cada hora y caminar unos pasos para activar la circulación y prevenir la aparición de trombosis. El embarazo aumenta este riesgo debido a la obstrucción de la vena cava por compresión del útero. Si se tienen varices, llevar además medias especiales.
e) Beber bastante agua mineral, es bueno para el riego sanguíneo y te ayudará a combatir la sequedad ambiental dentro del avión.
f) Apretar y relajar de vez en cuando los dedos de las manos y pies y realiza movimientos de flexión y extensión del tobillo para activar la circulación sanguínea.
g) Colocarse el cinturón de seguridad por debajo de la panza, sin que apriete.
El principal argumento en contra de los vuelos durante el embarazo es la baja cantidad de oxígeno que hay en el avión. No obstante, varios estudios han demostrado que incluso en los vuelos de largo recorrido el corazón del bebé late igual de rápido que en tierra tanto en el despegue, como durante el vuelo o en el aterrizaje.
Según los expertos, esto demuestra claramente que el niño recibe oxígeno suficiente. El ruido, las vibraciones son inofensivos para el feto. Tampoco hay que preocuparse por las posibles turbulencias, ya que hasta ahora no se ha encontrado ninguna relación entre las influencias mecánicas y las contracciones anticipadas.
Es preferible no volar en el último mes de embarazo por el riesgo de que se produzca una rotura de bolsa o un parto prematuro.
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