Por lo general, a los niños con bajo estado de ánimo se les atribuye depresión infantil o trastornos de ánimo. Sin causa única, esta afección se presenta en los primeros años de vida o puede manifestarse en la adolescencia. Existen distintos grados de depresión y maneras de abordar el problema para ayudar al niño a recuperar su equilibrio.
Concretamente, es mediante un análisis de los síntomas que cada niño presenta que se arriba a un diagnóstico y, con ello, a un tratamiento efectivo. Los niños con bajo estado de ánimo no necesariamente necesitan medicación ni hay que pensar en una enfermedad crónica. Factores familiares, biológicos, sociales, pueden desencadenar en ciertas estructuras anímicas un estado de decaimiento y tristeza. Alrededor de un 3% de niños menores de doce años padece depresión infantil. Para conocer la razón de los niños con bajo estado de ánimo, se evalúa el historial clínico y familiar. De acuerdo al grado y la forma de este síntoma, se analiza si se está ante un episodio pasajero o ante un problema de mayor duración. Es preciso hacer una evaluación para distinguir entre una y otra cosa.
Aunque las causas de niños con bajo estado de ánimo responden a una sumatoria de factores, todos convergen en una sensación de vulnerabilidad en el pequeño. El niño con trastornos en su estado anímico está expresando un sentimiento de abandono; el pequeño se siente poco comprendido, cuidado o amado. Cuando una persona no se siente amada en su infancia, trasladará ese sentimiento de carencia hacia el resto de la sociedad, incluso en su edad adulta. En ocasiones, la explicación a este sentimiento se asocia a desequilibrios orgánicos, como problemas glandulares. Sin embargo, estos desequilibrios no son suficientes para provocar depresión en los pequeños.
Hay que buscar las causas del estrés, la depresión y los trastornos de ánimo en general en:
Es importante, ante todo, señalar que, para diagnosticar depresión o cualquier tipo de trastorno psicológico en el niño, se debe observar el mismo comportamiento por al menos dos semanas. Muchas veces el diagnóstico requerirá de análisis clínicos tanto de rutina como neurológicos. El tratamiento para niños con bajo estado de ánimo debería utilizar drogas como último recurso, después de intentar todos los demás caminos. Algunos deportes como las artes marciales, el yoga o la natación son ideales para tratar problemas anímicos. En casos leves, todas las artes plásticas, la música y el teatro ayudan al niño a liberarse y expresar sus temores más profundos.
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