Repetir curso en nuestro país es algo habitual y hay muchas teorías al respecto. Muchos padres, cuando saben que un hijo debe repetir, se preguntan: “¿repetir curso es una medida efectiva?” Puede parecer un paso dramático en la vida de un niño o adolescente.
En las últimas décadas se han ido acumulando investigaciones sobre los efectos de repetir un año. La mayoría de estas investigaciones indican claramente que no existen ventajas académicas ni sociales para la mayoría de los estudiantes que repiten. Probablemente, no existe ningún otro tema educativo sobre el cual la evidencia de la investigación sea tan inequívoca. Pero, por otro lado, es uno de los temas educativos en los que hay más discrepancia entre lo que dicen los estudios y la práctica en los centros. Esta discrepancia entre la evidencia de la realidad y la práctica es clara. La práctica de que los estudiantes repitan un año es ampliamente aceptada en muchos centros de todo el mundo.
Desde hace algunos años se viene recomendando que se aumente la enseñanza individualizada en el aula. Esto evitaría que los alumnos abandonen el sistema al sentir que no cumplen las expectativas.
Repetir curso no mejora los resultados académicos
La mayoría de las veces, los estudiantes que repiten nunca llegan a ponerse al día académicamente. Los logros académicos de los estudiantes que repiten en cualquier nivel de educación son mínimos y de corta duración. Las comparaciones longitudinales han identificado claramente que, aunque muchos estudiantes repetidores realizan algún progreso académico durante el año en el que repiten, estas mejoras suelen desparecer en dos o tres años. Además, la repetición se suele ver como una demostración de fracaso. Puede influir negativamente en las percepciones y expectativas de profesores sobre el estudiante.
La repetición contribuye negativamente en la estabilidad mental
Repetir el año curso, hasta cuando se maneja con sensibilidad y confidencialidad, hace a los estudiantes pensar que han “fracasado”. Como resultado, se les aleja de sus compañeros de su misma edad. Para la mayoría de los estudiantes, esto crea un sentimiento de vergüenza, sensación de estigma y pérdida de autoestima. La repetición de un año es una fuente importante de estrés para la mayoría de los estudiantes. El hecho de ser mayores y, por lo tanto, más altos y maduros físicamente que sus compañeros de clase, también provoca estrés. En muchos casos esto afecta en su comportamiento social. Además, tienen que desarrollar nuevas relaciones sociales casi como si estuvieran cambiando de centro escolar.
Repetir genera a una actitud negativa hacia la escuela y el aprendizaje
Los alumnos que repiten tienen una probabilidad entre un 20 % y un 50 % más alta de abandonar la educación secundaria. Esto es así al compararlos con estudiantes con niveles similares de rendimiento o comportamiento que no repitieron.
Problemas de conducta
La experiencia de repetir puede aumentar la agresividad y el mal comportamiento. En aquellos alumnos que ya mostraban signos tempranos de comportamiento antisocial es más acusado. La frustración, la decepción y la ira generadas por este fracaso escolar visible contribuyen a que los estudiantes se vuelvan antisociales.
Alternativas a repetir curso
Repetir curso es una estrategia que no aborda las necesidades de la mayoría de los estudiantes que están logrando resultados deficientes. Tampoco las de los que tienen dificultades sociales o de comportamiento. Hacer que el alumno pase de curso con los compañeros de su edad sin un plan estructurado no es la respuesta. Lo ideal sería utilizar en los centros estrategias y enfoques de intervención. Sobre todo la intervencion apoyada en atender las necesidades específicas de cada estudiante.
- Utilizar estrategias de aprendizaje cooperativo.
- Enseñar a los alumnos a desarrollar y utilizar estrategias memotécnicas para ayudarlos a recobrar conceptos e información clave.
- Usar rúbricas para la autoevaluación.
- Relacionar las actividades en el aula y el plan de estudios con los antecedentes de los estudiantes, sus vidas y sus conocimientos actuales.
En conclusión: los resultados de los estudios de investigación de las últimas décadas no apoyan que repetir curso sea una intervención adecuada. Puede haber un estudiante ocasional al que le funcione repetir, pero proporcionar más de lo que no funcionó la primera vez a un alumno es un ejercicio inútil.