Cuando hablamos de lactancia, de cómo se alimentará al bebé, solemos hablar de dos opciones principales: la lactancia materna exclusiva y la lactancia artificial exclusiva. La primera es darle el pecho, solo el pecho al bebé, hasta que se opta por darle algún alimento más. La segunda es darle una fórmula infantil como único alimento. Sin embargo, hay una tercera opción, aunque no se suele explicar porque lo habitual es que sea una solución o una consecuencia y no una opción de inicio. La lactancia mixta, llamada así porque el bebé es alimentado tanto con leche materna como con leche artificial. ¿Es una buena opción de inicio? ¿Es una opción plausible o el bebé acaba eligiendo una u otra opción? ¿Por qué escoger lactancia mixta?
Lo habitual a la hora de alimentar a un bebé es que la madre escoja darle el pecho o no dárselo, es decir, lactancia materna o bien ir directamente a la leche artificial con las mamaderas. Básicamente porque la que decide dar el pecho lo hace porque quiere alimentar al bebé ella, y porque la que decide dar la mamadera, obviamente, no va a dar pecho. ¿Que algunas madres sí empiezan directamente con mixta? Sí, puede ser por aquello que piensan muchas parejas de poder alimentar ambos al bebé, pero no es lo más habitual.
Lo que suele suceder es que una madre empieza con leche materna y ante problemas con la lactancia acaba dando al bebé leche artificial. Al principio suelen ser suplementos que, si todo va bien, pueden llegar a retirarse logrando una lactancia materna exclusiva. Si no se llega a este punto, la lactancia mixta se mantiene más o menos tiempo según sean los deseos de la madre y según sean los deseos del bebé. Una madre puede querer dar más pecho y menos artificial y que el bebé diga que no, que prefiere más artificial que pecho, y una madre puede querer dar más la mamadera que el pecho y que el bebé rechace el biberón. A veces, sucede que cuando una pareja quiere hacer lactancia mixta el bebé dice que no, que tiene su propia preferencia, y acaba tomando aquello que más quiere.
Hay muchos bebés que desafían la lógica de que, supuestamente,elijen el pecho de la mamá,y prefieren tomar leche de la mamadera. Muchas veces, esto sucede porque , con mamadera, la leche sale constantemente y requiere poco esfuerzo. El bebé que toma pecho, para alimentarse adecuadamente, debe succionar correctamente, no dormirse mucho entre las tomas, ser alimentado a a libre demanda, etc. Mientras no conozca otra opción seguro que dará por buenos todos los esfuerzos realizados con el fin de conseguir su alimento. Ahora bien, en el momento que alguien le brinde la mamadera y vea que no tiene que hacer apenas esfuerzo, es posible que luego, al volver al pecho, lo rechace. Ante una situación así, muchas lactancias mixtas fracasan. Fracasan porque el bebé acaba tomando más mamadera que pecho y porque, aunque la madre quiere darle, el bebé dice que no, y la lactancia materna se convierte en algo muy duro si el bebé te rechaza.
Por eso cuando un bebé es amamantado de manera exclusiva los profesionales de la salud son tremendamente reticentes ante la posibilidad de dar un suplemento o de pasar a la lactancia mixta, primero por la posible confusión entre el pezón y la tetina y segundo por lo comentado, que muchos bebés eligen biberón, a menos que el bebé de verdad lo necesite porque está perdiendo cada vez más peso.
Entonces, supongamos que el bebé empieza desde el principio con leche materna y artificial y lleva ambas cosas bien, o pongamos que empieza con pecho, luego se añade el biberón, y no tiene preferencia clara, o sea, que tanto mama como toma leche artificial sin quejarse. ¿Puede funcionar? Sí y no. Esto depende de la paciencia de la madre ante los llantos del bebé. La cantidad que una madre produce al principio puede ser adecuada para lo que en ese momento tome el bebé. Luego quizás toma una mamadera de 30 ml y listo, todo perfecto. Esto hará que las tomas se establezcan, más o menos, cada 2 horas y media o 3 horas (no lo hacen los padres, es el bebé que no pide antes).
A medida que el bebé está más despierto, es más grande y más fuerte, mama mejor y más rápido y esto hará que la producción de la madre se vaya adaptando a la nueva situación. Sin embargo, quizás antes del primer mes, quizás después, la cantidad que produce y esos 30 ml no serán suficientes para el bebé y habrá que aumentar a 60 ml de mamadera en cada toma. Todo eso de más que tome será lo que tome de menos de leche materna. Cuando el bebé crece, engorda y necesita más volumen de leche general es mucho más fácil subir la cantidad de leche artificial que producir más leche materna, pues eso solo sucede cuando el bebé aumenta las tomas, hace más succión y pasa uno o dos días en plan “no me suelto, que tengo hambre”. Como con la lactancia mixta una madre no suele hacer esto, porque lo último que quiere es que su bebé llore, aumenta la cantidad en la mamadera y solucionado. En ese momento el bebé pasa a tomar mucha más leche artificial en proporción y más o menos lo mismo de leche materna.
Así será hasta que pasadas unas semanas el bebé vuelva a necesitar más: ¿lo pongo al pecho llorando y llorando hasta que produzca más o le damos 90 ml después de la toma de pecho? La solución, claro, será la segunda. El desequilibrio será tal que las tomas de pecho serán muy pocas, o muy cortas, porque el bebé ya apenas estará tomando leche materna, mientras que las tomas de leche artificial serán las que de verdad le estén alimentando.
Por eso, todo depende de la mamá. Si quiere llevar una lactancia mixta que dure mucho tiempo lo ideal es que en los momentos en que el bebé pida más, ella le ofrezca más. Más tomas, más veces, con el niño quejándose o llorando, para que produzca más. En realidad esto no suele suceder, porque si una madre elije dar ambas cosas es, precisamente, para que tanto ella como el bebé estén contentos. Sí parece más lógico hacerlo si la lactancia mixta es una solución a un problema de logística, si desde el principio, o más tarde, la madre debe trabajar o ausentarse, si no puede estar todo el día por su bebé. En un caso así, la madre suele ser la que da pecho y las mamaderas quedan a cargo de la persona que se queda con el bebé cuando ella no está. Entonces, cuando la madre vuelve, le da pecho y solo pecho, tanto como quiera, y cuando llegan los días en que hay una crisis, un brote de crecimiento y el bebé llora porque quiere más, la madre le ofrece pecho tantas veces como haga falta para adaptarse a la nueva situación. Mientras tanto, el que da mamaderas aumenta también la cantidad para que el bebé se quede satisfecho. De este modo todo se va regulando, tanto la lactancia, que aumenta porque la madre solo le da pecho, como la artificial, porque el que se queda con el bebé también se adapta poniendo más leche en el biberón.
Uno de los momentos en que muchas madres inician la lactancia mixta es cuando ellas empiezan a trabajar. Si el bebé es menor de 6 meses la madre debe tomar una decisión porque el bebé se quedará a cargo de alguien que, probablemente, tenga que darle alimento. En caso de que el bebé haga lactancia materna exclusiva lo ideal es que la madre se extraiga leche para que el bebé siga con el alimento que mejor conoce, aun cuando mamá no está. Si no se opta por esta opción hay que darle comida o leche artificial. Iniciar la lactancia mixta, o seguir con la lactancia materna e incluir primeras comidas o papillas.
La lactancia mixta no suele ser una opción a escoger porque es bastante difícil mantenerla si la madre va a estar con el bebé siempre. Tarde o temprano el bebé querrá más y al aumentar la cantidad de la mamadera, la producción de leche se mantiene o resiente. Esto, claro, si el bebé acepta mamadera y teta, porque muchos bebés tienen una preferencia hacia el pecho o bien hacia el biberón, que hace imposible alternarlos. Como siempre decimos, lo ideal, lo más recomendable para el bebé, es que tome leche materna exclusiva hasta los 6 meses y , si algo no va bien, se busque ayuda adecuada que, a poder ser, debe estar identificada antes de que aparezcan los problemas. Si esto no es posible, siempre será mejor lactancia mixta que lactancia artificial exclusiva, pero para mantenerla es necesario aceptar la insistencia del bebé y permitirle que se agarre mucho al pecho cuando necesite comer más.
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