Existen 4 grupos sanguíneos: A, B, AB y O. Cada uno de estos grupos se clasifica según la presencia de una proteína específica en la superficie de los glóbulos rojos. En este sentido, el Rh será positivo cuando se tenga esa proteína, y será negativo en su ausencia. La mayor parte de la población es Rh positivo. Cuando una mujer Rh negativo y un hombre Rh positivo conciben un hijo, el bebé puede ser Rh positivo, lo que hace probable la aparición de la incompatibilidad de Rh. Tener Rh incompatible es cuando la madre posee un Rh diferente al de su hijo. Concretamente, se da incompatibilidad cuando la mamá tiene Rh negativo y su hijo es Rh positivo. El problema se plantea porque los glóbulos rojos del bebé en gestación son detectados y catalogados como “sustancias extrañas” por el cuerpo de la mamá, y esto ocasiona una respuesta en el sistema inmune de la mamá : se empiezan a generar anticuerpos contra los glóbulos Rh positivos del feto.
Prevención y tratamiento
Esta incompatibilidad de factores ha sido siempre sumamente riesgoso y posee graves consecuencias. Por suerte, en la actualidad y , gracias a los avances médicos y de la ciencia, existe un tratamiento de indole preventiva que se administra mediante vacunas. Por otra parte, el mecanismo de defensa necesita tiempo para desarrollarse, por lo que usualmente, la incompatibilidad Rh no es un problema cuando se trata del primer embarazo, sin abortos previos.
Es durante el momento del parto cuando la sangre de la mamá y la del bebé pueden mezclarse. Como esta situación hoy en día se puede preveer, se suelen adoptar medidas de profilaxis para tratarla. Lo que se realiza es aplicar una inyección de inmunoglobulina Rh en la semana 28 de gestación del primer embarazo y otra inyección más en las 72 horas posteriores al parto. La inmunoglobulina Rh actúa como una vacuna, entonces impide que el cuerpo de la madre genere anticuerpos peligrosos Rh que puedan causar complicaciones serias al recién nacido o complicar los futuros embarazos.