Traer una mascota al hogar es un acontecimiento importante para cualquier chico. A ellos los ilusiona poder tener animales que se alegren con verlos, adoran cuidarlos, observarlos, jugar con ellos y hablar de ellos con sus amigos. Los perros siguen siendo los favoritos por su cariño devoto y su infatigable alegría y manera de jugar, pero los gatos también se ganan el corazón de los más chicos por ser muy mimosos.
Es importante que el niño pueda entender que, sea perro o gato, tendremos un nuevo compañero e integrante en la familia que nos acompañará por más de 10 años. Por eso, cuando pase el efecto “novedad”, éstas obligaciones deben seguir premaneciendo. Si nuestro hijo/a anhela tener una mascota, es esencial que definamos con él cómo y cuándo tiene que ocuparse de ella. Por supuesto que hay que tener en cuenta su edad, y el tiempo que cuenta para poder atenderla.
Algunas responsabilidades básicas son:
1. Alimentarlo
Es la menos complicada y la más simple de que pueda llevar a cabo. Sólo tiene que abrir el paquete de alimento balanceado (o una lata), esparcir alimento en un plato, servirle agua y/o leche. El “proceso” no lleva más de 5 minutos. Puede hacerlo todas las mañana, en forma de rutina, antes de salir para ir al colegio.
2. Sacarlo a pasear
Es conveniente que el niño salga acompañado por otro adulto en caso de que el animal se altere por algún motivo y también por cuestiones de seguridad. Aprovechar los momentos en que regresa del colegio para salir a dar una vuelta. también es importante inculcarle que se deben levantar las deposiciones que el animal realice en la vereda, o en el parque.
3. Jugar
Los animales también se deprimen. Para que esto no ocurra, nuestro hijo y su mascota deben compartir juegos, caricias y sobre todo, toda la familia debe cuidarlo y recompensarlo cuando se porte bien.
4. Establecer límites
Los chicos a veces no resisten los ojos suplicantes de sus animales y los dejan treparse a muebles, mesas, sillas camas y hasta alacenas. También les dan cualquier clase de comida, o dulces. Sin embargo, es mejor hacerlos comprender que no pueden desautorizarnos por su propia salud. Conviene poner límites desde que son chiquitos porque, al crecer, el animal se acostumbrará a hacer lo que quiera y sera muy complicado frenarlo.
5. Bañarlo y limpiar su espacio
Los perros necesitan ser bañados cada 15 días, asique, si se cuenta con el espacio indicado y si el animal no es de gran tamaño, un chico puede encargarse de bañarlo con agua y jabón blanco. En cuanto a la limpieza de su espacio, así sea un hámster o un gato, los animales necesitan tener un lugar limpio. Esto beneficia a toda la familia, ya que así no se contagian de bacterias y la casa permanece limpia. Una escoba, agua y un trapo de piso servirán para empezar, pero alguien más debería encargarse de desinfectar con otros productos ya que no conviene que ellos manejen lavandina u otros químicos.
6. Estar al tanto de su salud
Probablemente tu hijo sea quien pase más tiempo cerca al animal y como es necesario llevar un registro de sus vacunas y enfermedades, hay que pedirle que te informe si el animal se comporta inusualmente o si sospecha de algún problema que pudiera tener para luego llevarlo a un veterinarioy que éste lo revise como corresponde.
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