Después del parto, y luego de habernos (medianamente) adaptado a la llegada del recién nacido, la mayoría de las mujeres suelen hacerse la misma pregunta : ¿Cómo recupero mi figura? Para las que hayan quedado embarazadas teniendo un peso normal, durante el embarazo pueden subir entre 11 y 15 kilos. Si se tenía algo de sobrepeso, lo ideal es no subir más de 10 kilos. El mayor aumento de peso se da en el segundo y tercer trimestre.
Luego de haber dado a luz, se pierden aproximadamente 6 – 7 kilos entre lo que pesa el bebé, el útero, el líquido amniótico y la placenta. No se recomienda arrancar con una dieta pero sí es importante realizar una dieta balanceada y nutritiva, sobre todo si se está amamantando. Es primordial consumir alimentos de calidad y tener un orden con las comidas, no alimentarse a deshoras ni ingerir alimentos con mucha azúcar o bien salados. Lo ideal es consultar con un nutricionista para que nos indique un plan a seguir. Si se lleva a cabo una dieta adecuada, lo más probable es que entre 3 y 5 meses después del parto ya estemos nuevamente en nuestro peso normal.
La lactancia materna ayuda a bajar de peso. Esto es debido al gasto calórico, de entre 250 y 500 calorías que insume. Además, de los beneficios para el bebe, la lactancia previene la formación de osteoporosis, el cáncer de mama y el de útero. Por otra parte, cuando el bebé se alimenta, se libera oxitocina, una hormona que genera contracciones uterinas que ayudan a reducir las hemorragias posparto y consiguientes anemias.
Durante la lactancia no hay que abusar de los carbohidratos y hay que evitar los fritos y las grasas saturadas. Conviene cocinar a la plancha, en el horno, a la parrilla o al vapor. Hidratarse bien con agua mineral, evitar las gaseosas (sobre todo las que contienen azúcar). El calcio es muy importante y se cubre con tres a cuatro porciones de lácteos al día También lo es el hierro, presente en carnes rojas, pollo y pescado y el consumo de muchas frutas y verduras.
Nunca hay que buscar adelgazar rápido. Lo aconsejable es bajar medio kilo por semana, eliminando unas 500 calorías diarias. Para ello, la actividad física es clave. Si el médico obstretra o ginecólogo lo aprueba, se puede empezar realizando actividades como caminatas, yoga o pilates. Por otra parte, a veces puede hasta suceder lo opuesto: mujeres que sólo subieron entre 8 y 9 kilos en el embarazo pero terminan aumentando de peso después. Esto se da sobre todo en las mujeres embarazadas que trabajaron, fueron al gym, se movían y destilaban energía y que, luego, tras el arribo del nuevo integrante, terminan agotadas y permanecen mucho tiempo adentro de sus casas cuidando al bebé. Al estar inactivas y con comida a mano, termina siendo una perdición y se llega a subir de peso.
Si se busca realizar un tratamiento estético, conviene esperar unos 6 meses como mínimo porque no se aconseja someterse a ninguno de ellos durante el período de lactancia. Es preferible ya en esta época, donde han transcurrido varios meses, realizar quizás una actividad física más intensa para también tonificar los músculos : salir a correr , relaizar gimnasia aeróbica, spinning, etc. Este clase de ejercitación es la que más ayuda a perder peso.