Las mioclonías del sueño en los niños son un trastorno benigno caracterizado por movimientos involuntarios de las extremidades, que por lo general se presentan mientras el niño duerme. Este tipo de convulsiones suelen ser bruscas, irregulares, ocasionales y de corta duración. Suelen ser benignas y no representan ningún perjuicio para su salud. Generalmente, se presentan en las primeras semanas de vida del bebé, y no duran más allá de los siete meses.
No obstante, se han reportado casos de niños mayores que las padecen. Conforme va pasando el tiempo se hacen más esporádicas hasta que desaparecen por completo. A pesar de los estudios que se han realizado para determinar porque se producen las mioclonías del sueño en los niños, aún se desconocen sus causas. También existe la teoría de que hay una relación de carácter genético. Asimismo, se ha determinado que se produce en el sistema nervioso central, pero no tienen un fundamento patológico.
Dependiendo de su localización, duración y otros factores, las mioclonías se clasifican focales, multifocales, segmentarias o generalizadas. También se clasifican en fisiológicas (producidas durante el sueño) o patológicas (causadas por una enfermedad).
- Mioclonía fisiológica: Este tipo es muy frecuente al inicio del sueño y se describen como una sacudida fuerte producto de una sensación de caer en el vacío para luego despertarse bruscamente. Existen adultos sanos que refieren haber tenido esta sensación. Adicionalmente, el hipo también está clasificado dentro de este tipo de mioclonías.
- Mioclonía esencial: Es producto de una patología crónica genética caracterizada por sacudidas focales, generalizadas o segmentarias que se incrementan cuando el paciente está bajo estrés. Son esporádicas y pueden surgir antes de los 20 años de edad. Con frecuencia se manifiestan en el rostro, el tronco y los músculos proximales.
- Mioclonías secundarias: Derivan de otras enfermedades como la encefalitis viral, encefalopatías e hipoxia entre otras. Se debe determinar la fuente que las provocan para poder aplicar el tratamiento adecuado.
Consejos para superar las mioclonías
Crear un ambiente armonioso: Los bebés pequeños necesitan dormir, por lo menos, 16 horas. Para que nuestro hijo pueda descansar debes evitar en la medida de lo posible las alteraciones del entorno que puedan perturbar su sueño. Esto incluye una habitación ambientada con una luz tenue que invite al descanso. Si no disponemos de una cuna, es prudente que colocar al niño entre dos almohadas en el centro de la cama.
Evitar molestias innecesarias: El sueño es esencial para el correcto desarrollo del bebé, por lo tanto, debemos evitar despertarlo sin necesidad. Es importante colocarle un pañal limpio y seco justo antes de llevarlo a dormir. Mantener un tono bajo de voz y del volumen de la televisión también lo ayudará a conseguir un sueño profundo.
Establecer horarios para las siestas: es importante instaurar rutinas para las siestas diarias. Esto es con el objetivo de que el pequeño pueda realizarlo de forma profunda durante la noche. En los niños, las mioclonías del sueño suelen presentarse en la fase REM.