El parto inducido consiste en provocar el parto de manera artificial. Esto puede realizarse mediante medicamentos o con otros procedimientos. Es una técnica cada vez más practicada, pero los riesgos son importantes y solo debe inducirse el parto cuando existan sólidas razones médicas y el riesgo de seguir la gestación sea mayor que el de la inducción. Es importante informarse bien al respecto porque la inducción al parto no e sun tema para tomarse a la ligera.
Lo ideal es que el parto se produzca de forma espontánea y natural. Y aunque no se sabe bien cómo se desencadena el parto, se trata de una combinación de factores que hacen que la mujer esté lista. El cuerpo se “acomoda2 solo y el bebé puja para salir. Según la OMS, los partos no deben inducirse por conveniencia, sino cuando existan ciertas condiciones médicas que impliquen que el riesgo de seguir con el embarazo y que el parto llegue a término sea mayor que el de realizar una inducción. La inducción del parto fuerza al cuerpo de la mujer a entrar en un proceso para el que aún no está preparado y por lo general, existe una mayor chance de que se convierta en un parto instrumental o termine en una cesárea.
Riesgos que puede conllevar el parto inducido :
Mayor riesgo de rotura uterina. Son partos más largos, la mujer se cansa más y es más probable que presente fiebre, deshidratación y exceso de contracciones, que pueden provocar la rotura del útero.
Desprendimiento de la placenta. Los medicamentos que se utilizan pueden ser peligrosos para las mujeres que han tenido previamente una cesárea u otra cirugía en el útero. Si las contracciones son muy intensas, la placenta puede desprenderse.
Infecciones uterinas causadas por la manipulación durante la inducción.
La oxitocina puede afectar al ritmo cardíaco del bebé y causar sufrimiento fetal.
En algunos casos específicos, esperar a que el parto se desenvuelva de forma natural supone ciertos peligros para el bebé o para la madre Es por ello que se hace necesario adelantar la fecha del parto de una manera artificial (parto inducido).
Situaciones en las que se requiere la inducción del parto:
Fármacos y procedimientos para inducir el parto:
Si , a pesar de aplicar las diferentes técnicas y/o medicamentos el parto no se inicia, será necesario practicar una cesárea. Y este no se da en casos aislados ya que se estima que el 50% de las inducciones terminan en cesáreas. Algunas de estas, se realizan por una inducción fallida, y otras, por alteración del ritmo cardíaco del bebé o desproporción del feto y la pelvis de la madre, entre otros motivos.
No se debe inducir el parto en estos casos : embarazos con placenta previa, cuando la mujer tiene cicatrices en el útero, si la mujer tiene algún tipo de cáncer de cérvix o infecciones como el herpes genital, si el feto está mal colocado o es muy grande.
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