Cuando ha sucedido la ovulación, el organismo femenino entra en un periodo de espera por un posible embarazo. Durante esta etapa, el cuerpo lúteo, que es la estructura que se encuentra en el interior de los ovarios y se encarga de sostener al óvulo, comienza a producir progesterona. Esta hormona hace más denso el suelo uterino para que el óvulo fecundado pueda implantarse adecuadamente. Si no hay ningún óvulo para instalarse en el piso uterino, el cuerpo deja de producir progesterona entre los 11 y los 17 días. Después, el revestimiento construido se expulsa del organismo durante la menstruación.
La fase lútea es la etapa que comienza después de la ovulación y termina al inicio del siguiente ciclo menstrual. Pocas mujeres ponen atención a este concepto hasta que piensan en ser madres. La corta duración de este periodo puede traducirse en la dificultad para concebir o la pérdida temprana del embarazo. La fase lútea no solo es importante para llegar a la gestación. La duración normal (entre los parámetros estándar) de la fase lútea es una señal de un ciclo menstrual saludable y de un cuerpo que funciona bien. Permite que muchas de las funciones del organismo de la mujer se realicen con normalidad.
Generalmente, solamente existe posibilidad de que se produzca la fecundación en la fase del ciclo menstrual en que se ha producido la ovulación, a partir del día 14, aproximadamente, y solamente durante 1 a 3 días, aproximadamente, después de la ovulación; el tiempo en que el óvulo puede sobrevivir antes de degenerar.
El embarazo no inicia cuando el óvulo es fecundado por el espermatozoide. Comienza en el momento en el que el embrión se adhiere al útero, y, para que suceda, el cuerpo debe suministrar la suficiente cantidad de progesterona. Esto asegura que la superficie sea saludable y fuerte para que el crecimiento empiece. En este orden de ideas, cuando la fase lútea tiene menor duración (10 días), el organismo produce menos progesterona. Es decir, hay menos posibilidades de que se dé la implantación y de que el embrión se fije adecuadamente. Por eso, los organismos en los que esta etapa dura 15 o 16 días, logran gestar más fácilmente. La corta duración de la fase lútea puede deberse a factores internos, como los problemas de tiroides, el envejecimiento o la obesidad. También aspectos como el estrés, la ansiedad, el exceso de ejercicio o los desórdenes alimenticios alteran este proceso natural. A esta condición se le conoce como defecto de la fase lútea.Síntomas del defecto de la fase lútea
Cabe aclarar que la duración de la fase lútea no debería cambiar con la edad. Lo que cambia es el nivel de producción de progesterona a medida que una mujer está próxima a la menopausia.
La duración de esta parte del ciclo menstrual es un gran indicador del nivel de producción de progesterona. No olvides que se trata de una hormona fundamental para mantener el organismo saludable. Algunas de sus funciones en el cuerpo son:
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