¿Por qué es tan difícil para los padres identificar una enfermedad mental en los niños? Por lo general, identificar si un niño tiene problemas de salud mental depende de los adultos presentes en la vida del niño. Lamentablemente, muchos adultos no conocen los signos y síntomas de las enfermedades mentales en los niños.Como resultado, muchos niños que podrían beneficiarse con un tratamiento no obtienen la ayuda que necesitan.
Aunque conozcamos las señales de alerta, puede ser difícil distinguir un problema de un comportamiento normal de la niñez. Es posible que creas que todos los niños manifiestan algunos de estos síntomas en algún momento. Además, los niños generalmente carecen del vocabulario o de la capacidad de desarrollo para explicar sus problemas.
Las preocupaciones sobre el estigma relacionado con la enfermedad mental, el uso de ciertos medicamentos, y el costo o los problemas de logística del tratamiento también pueden impedir que los padres busquen atención médica para un niño con una presunta enfermedad mental.
Los niños pueden padecer los mismos problemas de salud mental que los adultos, pero, a veces, los expresan de manera diferente. Por ejemplo, los niños deprimidos suelen mostrar más irritabilidad que los adultos deprimidos, quienes suelen mostrar tristeza.
Los niños pueden sufrir una variedad de problemas de salud mental, como los siguientes:
- Trastornos de ansiedad. Los niños que tienen trastornos de ansiedad, como el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno por estrés postraumático, la fobia social y el trastorno de ansiedad generalizado, experimentan ansiedad como un problema persistente que interfiere en sus actividades diarias. Es normal que los niños sientan un poco de preocupación, que se debe, por lo general, al cambio de una etapa de desarrollo a la siguiente. Sin embargo, cuando la preocupación o el estrés hacen que sea difícil para un niño desenvolverse con normalidad, se debe considerar la posibilidad de que exista un trastorno de ansiedad.
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Esta afección generalmente incluye síntomas de dificultad para prestar atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. Algunos niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad tienen síntomas de todas estas categorías, mientras que otros tienen síntomas de una sola categoría.
- Trastorno del espectro autista. El trastorno del espectro autista es un trastorno grave del desarrollo que se manifiesta en la niñez temprana, por lo general, antes de los 3 años. Aunque los síntomas y la gravedad varían, el trastorno del espectro autista siempre afecta la capacidad del niño para comunicarse e interactuar con los demás.
- Trastornos de la alimentación. Los trastornos de la alimentación, como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo, son afecciones graves que, incluso, pueden poner en riesgo la vida. Los niños se pueden preocupar tanto por la comida y por el peso que le dan poca importancia a todo lo demás.
- Trastornos del estado de ánimo. Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y el trastorno bipolar, pueden hacer que un niño tenga sentimientos persistentes de tristeza o cambios del estado de ánimo extremos muchos más graves que los cambios del estado de ánimo que suele tener la mayoría de las personas.
- Esquizofrenia. Esta enfermedad mental crónica hace que el niño pierda contacto con la realidad (psicosis). La esquizofrenia se suele manifestar en los últimos años de la adolescencia hasta los 20 años.
Los signos de advertencia de enfermedad mental que puede presentar tu hijo comprenden:
- Cambios en el estado de ánimo. Prestar atención a los sentimientos de tristeza y al retraimiento que duran al menos dos semanas u otros cambios del estado de ánimo notables que causen problemas en las relaciones en el hogar o en la escuela.
- Sentimientos intensos. Estar atentos a los sentimientos de miedo abrumador sin motivos —a veces acompañado de aumento de la frecuencia cardíaca o de la frecuencia respiratoria— o las preocupaciones o miedos intensos que puedan interferir en las actividades diarias.
- Cambios de conducta. Estos incluyen cambios drásticos en el comportamiento o en la personalidad, además de comportamientos peligrosos o fuera de control. Otros signos de advertencia son las riñas frecuentes, el uso de armas o expresar el deseo de causar una herida grave a otras personas.
- Dificultad para concentrarse. Poner atención a los signos de dificultad para concentrarse o mantenerse quieto; estos signos pueden provocar un bajo rendimiento en la escuela.
- Adelgazamiento inexplicable. La pérdida de apetito repentina, los vómitos frecuentes o el uso de laxantes pueden indicar un trastorno de la alimentación.
- Síntomas físicos. En comparación con los adultos, los niños con trastornos de salud mental pueden presentar dolor de cabeza y de estómago en lugar de tristeza o ansiedad.
- Daño físico. A veces, una afección de la salud mental deriva en lesiones autoinfligidas, también llamadas “autolesiones”. Esto significa lastimarse a sí mismo de forma deliberada, por ejemplo, provocándose cortes o quemaduras. Los niños con afecciones de la salud mental también pueden presentar pensamientos suicidas o intentos de suicidio.
- Abuso de sustancias. Algunos niños consumen drogas o alcohol para tratar de sobrellevar lo que sienten.
¿Qué debemos hacer si sospechamos que el niño padece una afección de salud mental?
Lo primero que se debe hacer es charlar con el pediatra de nuestro hijjo/a y describirle el comportamiento que nos preocupa. También, es bueno poder hablar con los maestros, con sus amigos cercanos o sus seres queridos, o con otros adultos a cargo para preguntarles si notaron cambios en su conducta.
Las afecciones de salud mental en niños se diagnostican y se tratan según los signos y síntomas, y según cuánto afecten la vida diaria de un niño. No hay pruebas simples para determinar si hay algún problema. Para hacer un diagnóstico, el médico puede recomendar que lo evalúe un especialista, como un psiquiatra, un psicólogo, un trabajador social, un miembro del personal de enfermería psiquiátrica, un asesor de salud mental o un terapeuta conductual. En cualquiera de los casos, el especialista trabajará con él para determinar si tiene una afección de salud mental según los criterios establecidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), una guía publicada por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría) en la que se explican los signos y síntomas que indican la presencia de una afección de salud mental. También, buscará otras causas posibles de su comportamiento, como antecedentes de enfermedades o de traumas. Es probable que nos pregunte sobre el desarrollo de tu hijo, la percepción de los profesores y de otras personas cercanas a eél o ella, cualquier antecedente familiar de afecciones de salud mental y cuánto tiempo ha estado comportándose de esa manera.
El diagnóstico de enfermedades de salud mental en niños puede ser difícil, ya que los niños pequeños suelen tener dificultades para expresar sus sentimientos, y el desarrollo normal varía según el niño. A pesar de estos desafíos, un diagnóstico adecuado es una parte fundamental para guiar el tratamiento.
Las opciones frecuentes de tratamiento para niños con afecciones de salud mental pueden ser:
- Psicoterapia. También denominada “terapia conductual”, es un modo de tratar los problemas de la salud mental mediante la conversación con un psicólogo u otro proveedor de atención de la salud mental. Durante la psicoterapia, el niño puede aprender acerca de su afección, estados de ánimo, sentimientos, pensamientos y comportamientos. La psicoterapia puede ser útil para que el niño aprenda a responder a las situaciones exigentes mediante estrategias saludables para hacer frente a desafíos o situaciones.
- Medicamentos. El psiquiatra podría recomendar determinados medicamentos (como estimulantes, antidepresivos, medicamentos contra la ansiedad, antipsicóticos o estabilizadores del ánimo) para tratar la afección.
Algunos niños se benefician con una combinación de enfoques. Se debe consultar al médico para determinar qué puede ser lo más adecuado para él, incluidos los riesgos o los beneficios de los medicamentos específicos.
¿Cómo puedo ayudarlo desde mi lugar como padre y/o madre?
Nuestro hijo/a necesita de nuestro apoyo más que nunca. Cuando le diagnostican una afección de salud mental a un niño, los padres y el hijo suelen experimentar sentimientos de desesperanza, ira y frustración. Es aconsejable siempre pedirle al especialista o médico consejos sobre cómo modificar la manera en la que interactúamos con el niño/a y, cómo manejar las conductas difíciles.
Debemo buscar formas de relajarse y divertirse con el chico/a. Elogiar sus fortalezas y sus habilidades. Explorar nuevas técnicas de manejo del estrés, que pueden ayudarnos a responder con calma a situaciones estresantes. Además, es recomendable realizar terapia familiar, buscar asesoramiento o también, buscar ayuda en grupos de apoyo. En el caso del colegio, siempre hay que informarles a los maestros, profesores y directivos sobre su afección. Si es necesario, colaborar con el personal de la escuela para elaborar un plan académico acorde a las necesidades de nuestro hijo. Con el apoyo adecuado, siempre se logra averiguar si el niño/a tiene una afección de salud mental y analizar las opciones de tratamiento para ayudarlo a salir adelante.