El líquido amniótico es la acumulación del fluido que se encarga de rodear al bebé durante su gestación y de brindarle todos las proteínas necesarias para su desarrollo. Pero en el caso de presentarse de forma exagerada o abundante (polihidramnios) y fuera del estándar, puede generar problemas para la futura mamá y para el feto en crecimiento.
Aunque en ocasiones los especialistas no logren identificar por qué ocurre este estado en algunas madres embarazadas, según sus investigaciones hay ciertas condiciones que generan un mayor riesgo de sufrir polihidramnios. Entre ellas están las siguientes:
Las mujeres que sufren polihidramnios muchas veces no presentan síntomas, sobre todo cuando se encuentran en un estado leve, pero de pasar a un estado grave podrían comenzar a padecer los siguientes:
Es fundamental que realizarse un diagnóstico y tratamiento a tiempo a fin de ayudar a que el embarazo tenga un curso normal. La mejor forma de que una mujer embarazada sepa que tiene polihidramnios es por medio de una medición ecográfica que deberá ser realizada por un especialista. Esto le proporcionará un aproximado de índice de líquido amniótico (ILA), el cual no debería pasar los 25 centímetros durante el tercer trimestre debido a que estaría presentando un exceso del mismo, causando daños.
Después de que le realicen la ecografía completa en busca de malformaciones del feto, el médico debe descartar si la abundancia de su líquido amniótico se debe a causas hereditarias, verificando los antecedentes familiares. También podría hacer pruebas de tolerancia a la glucosa, hemorragias, anemias y pruebas serológicas maternas.
Existen serios factores de riesgo que pueden incrementar los problemas durante el embarazo a causa del polihidramnios, por lo que es importante que la madre asista a todos los controles programados por su médico a partir del momento de su gestación. Estos son los siguientes:
Si se trata de polihidramnios de carácter leve no es necesario un tratamiento, pero una vez que el médico indique a la madre un caso severo, es vital que se actúe a tiempo. Dentro de los tratamientos más efectivos se encuentran: la reducción del líquido amniótico de manera manual, algún medicamento para hacer que el bebé orine en menor cantidad o, en caso de acercarse a los días, adelantar el parto. Igualmente, es recomendable que la vigilancia prenatal comience a las 32 semanas a través de una prueba completa en la cual la futura mamá debe mantenerse calmada para lograr obtener resultados precisos libre de alteraciones. En caso de tener diabetes, es importante cuidar los niveles de azúcar a fin de evitar la muerte fetal.
Evitar los casos de polihidramnios es un acto imposible, debido a que aparece sin previo aviso, ya sea por alguna anomalía, causas familiares e incluso sin motivo. Por eso, es importante que las futuras madres cuiden cada fase de su embarazo para que logren reducir los riesgos que pueda provocar esta condición al bebé y a su estado de salud en general. Tener hábitos saludables, lejos de la nicotina y con una buena alimentación ayudará a que la madre se mantenga en un peso deseado reduciendo el riesgo de diabetes y aportándole vitaminas importantes para el correcto desarrollo del feto.
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