La lectura es uno de los grandes placeres con la que se disfruta de adultos, por eso es importante que a nuestros pequeños les enseñemos lo antes posible a divertirse con miles de historias que nos ofrecen los libros.
La lectura infantil es un hábito muy importante que se adquiere durante la infancia, gracias a su fomento tanto en el entorno familiar como en la escuela infantil. Estudios recientes han comprobado que los bebés a los que se les comienza a leer desde recién nacidos, sienten un mayor apego por las personas con las que comparten este bonito momento. Además, adquieren un mayor vocabulario, comprenden el juego de la conversación (preguntas, respuestas, pausas…) y tienen una predisposición mayor hacia el idioma en el que les leemos. De esta manera, podemos aprovechar el tiempo de lectura para fomentar el bilingüismo desde los pocos días de vida.
Puesto que de recién nacidos los bebés no comprenden aún el idioma, resulta un poco indiferente el tema sobre el que se les lea, ya que la importancia de este comienzo temprano recae en el hecho de familiarizarse con la voz de los papás o las personas con las que vaya a compartir este momento. A partir de los tres meses aproximadamente, cuando ya empiezan a aguantar más tiempo despiertos y son capaces de ver imágenes con más claridad, es interesante leerles de tal forma que ellos puedan ver las llamativas ilustraciones de los cuentos, lo que también favorecerá su desarrollo cognitivo y visual.
A partir de los 2-3 años, los niños tienen muy claras sus preferencias en cuanto a gustos (personajes de dibujos, temas históricos, animales…). También tienen ya muy marcada su personalidad y forma de ser, lo que nos puede facilitar mucho la tarea a la hora de decidir entre diferentes libros. En torno a los 4-5 años, ya comienzan a leer por sí mismos y el tener la opción de continuar este aprendizaje con cuentos con sus temáticas favoritas es algo que favorece en gran medida este bonito proceso.
Por todo ello, el mejor consejo que debemos seguir a la hora de comprar un cuento es tener en cuenta los gustos, las preferencias y la edad del niño, así como evitar el hecho de dejarnos llevar por lo que a nosotros nos gustaba a su edad o lo que nos puede llamar más la atención.