Los niños sueen realizar travesuras en diferentes ámbitos. Pueden ser traviesos en la casa, en casa de amigos, en el jardín on la escuela, con los abuelos, con los maestros, con ambos padres…. Sin embargo, hay ua realidad: los chicos/as suelen comportarse mejor con sus papás que con las mamás.
Según diversos estudios psicológicos, los chicos/as pueden llegar a comportarse hasta uno 800% peor cuando su amada mamá está presente. ¿A qué se debe?
Los investigadores estudiaron un total de 500 familias. Durante sus trabajos de campo, medían las veces en que cada pequeño pedía ayuda, lloraba o gritaba. También, se establecieron el número de ocasiones en que intentó agredir, se negó a caminar, hablaba sin parar o se portaba como una especie de loco. Las conclusiones son singulares. Por ejemplo, un niño de 8 meses de edad puede estar tan feliz jugando hasta que entra su madre a la habitación. En ese momento empieza a llorar, a liberar su bronca y a buscar atención de forma inmediata. Lo más curioso es que este hecho se produjo en el 99,9% de los casos estudiados. En el 0,1% en que no sucedió, se debió a pequeños con dificultades de visión u oído. No obstante, al notar la presencia de la madre, comenzaron a tirar cosas o a pedir comida pese a estar perfectamente alimentados. Es más, los adultos que interaccionaban con los pequeños, excepto la mamá, no necesitaban demasiado esfuerzo para que el chico les atendiera. Eran mucho más obedientes siempre que les hablasen con tono normal. Algo que no sucedía con su mamá. Aun hablando en el mismo tono, no recibía la misma atención. De hecho, debía de levantar bastante la voz para lograr un resultado similar.
Según el estudio, el olor de las madres es lo que hace al niño más travieso. Este comportamiento sucede porque el pequeño, al oler feromonas maternas, modifica su comportamiento. De ahí que se trabaje en una especie de aerosol capaz de modificar esta situación. Sin embargo, suena bastante extraño, aunque no parece locos pensar que el olfato del niño le interpela para decidir su comportamiento. Pero en el estudio no se ha establecido el motivo por el que las feromonas de la madre inteactúan de esta forma con cada niño. Sea como fuere, y hasta que aparezca el “fantástico aerosol” que todo lo arreglará, nos tenemos que conformar con las herramientas que tenemos. Pero por suerte, son muchas y muy eficaces.
Más allá de que un niño/a sea más travieso con la madre, encontramos que la crianza positiva y la educación emocional son elementos primordiales. Tenemos que lograr que los chicos aprendan según se van desarrollando a manejar sus sentimientos, a mostrar empatía y a ser más resilientes. Hay que brindarles afecto y cariño, una atención adecuada y una formación sensata conforme a sus fases de desarrollo personal. De esta forma, no habrá aerosol que mejore los efectos sobre el pequeño. Es decir, que no existen milagros en la crianza de un chico.
Tal vez los estudios puedan dar datos sobre feromonas y demás, pero un niño necesita cariño. Hay que recordar siempre el afecto, la seguridad, la contención, los hábitos, las rutinas… Esa es la parte realmente importante de su crianza y la que nos debe preocupar. Si nuestro hijo o hija es travieso/a, no pasa nada, es algo completamente normal. Todos los niños hacen travesuras y van rebajando el nivel según crecen. Lo importante es que estemos a su lado para poder guiarlo y darle las herramientas necesarias que le enseñarán lecciones importantes de vida en cada una de sus experiencias.
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