Los hijos son el producto fruto del amor de toda relación. Además, su inocencia los hace portadores de alegrías en el hogar. Por otro lado, son el motor que te impulsa a los padres mejorar en todos los aspectos para brindarle a sus hijos una vida saludable. Es fundamental que ambos padres deben estar de acuerdo al plantear el segundo embarazo. Esta decisión no debe ser tomada arbitrariamente por uno de los miembros ya que en él se verá reflejado el amor de los progenitores.
El anuncio de la llegada de un segundo hijo nos llena de alegría. El hecho de darle un hermanito/a a niuestro primogénito/a nos pone felices. Sin embargo, si no estamos preparado para esto, a pesar de la experiencia que ya tuvimos con el primer embarazo, es normal que aparezcan nuevas dudas e interrogantes. Es importante recordar que cada embarazo es único y particular. Por lo tanto, no hay forma de pronosticar cómo transcurrirán esos 9 meses. Algunas cosas serán igual al primer embarazo y otras cambiarán.
En el segundo embarazo, la madre ya tiene la experiencia del primero, por ende, está mejor preparada. Al saber los cambios físicos que le esperan durante el proceso y desarrollo del embarazo puede planificar con tranquilidad la llegada del segundo hijo, aunque surjan nuevos contratiempos. Plantear el segundo embarazo dependerá de diferentes factores. La familia deberá adaptarse a una nueva realidad, donde cambia el estilo de vida.
Algunos aspectos que se deben considerar al plantear un segundo embarazo
- Edad de los papás: este es otro aspecto que entra dentro de la planificación del segundo hijo, específicamente la edad de la mujer, ya que el sistema biológico cambia con el transcurrir de los años. Si es menor de 34 años y no presenta problemas de fertilidad puede esperar más tiempo. En caso contrario, es importante evaluar si la mujer tiene 39 años o más, porque se puede convertir en embarazo de alto riesgo. Además, podría suceder que disminuya gradualmente la fertilidad.
- Tema económico: evaluar la situación económica antes de iniciar la búsqueda también influye. No podemos pasar por alto que la llegada de un niño genera gastos. Sin embargo, el segundo hijo suele heredar muchas cosas que va dejando el primogénito : muebles, juguetes, cochecito, butaca de auto, ropa, etc. Además, si su alimentación es la lactancia materna exclusiva, al principio tendremos una holgura económica sustancial. En cuanto a la salud, hay que asesorarse con las prepagas o las obras sociales. Sin embargo, que este aspecto no sea motivo que impida plantearse un segundo hijo, porque muchas veces el primer embarazo es doble. El dinero va y viene y, lo económico puede resolverse.
- Intervalo de tiempo entre cada hijo: algunas parejas, al plantear el segundo embarazo, lo hacen cuando el primero hijo tiene aproximadamente 3 o 4 años. Ya los padres se sienten preparados para darle un hermano a su primogénito. Por lo cual, comienzan los cambios en la casa para adaptarlo a las necesidades del nuevo miembro. Sin embargo, algunos padres prefieren no esperar tanto, sino pocos meses o un sólo año. Consideran que así la relación entre ambos niños será mucho más estrecha. Y, por otro lado, los padres tendrán una ventaja a la hora de complacer los gustos de ambos, debido a que no se llevan mucha diferencia de edad.
- Hablar con nuestro primer hijo: es conveniente esperar a que el embarazo supere el tercer mes para transmitir la noticia. Por otra parte, el momento preciso para informar al hermano mayor de la llegada del nuevo miembro a la familia va a depender de la edad de nuestro hijo/a. Si tiene menos de 4 años, la noticia de la llegada de un hermano va a ser de mucha felicidad. Sin embargo, cuando son mayores de 5 años, al principio pueden sentirse contentos, pero cuando se dan cuenta de que ya no son el centro de atencióncomenzarán a aparecer los celos. En muchos casos se recomienda consultar a un especialista porque lo niños pequeños no saben transmitir verbalmente sus emociones. Esto trae como consecuencia un cambio de conducta: rechazo a su hermano/a, ya que él considera que le “robará” el amor y cariño de sus padres, además de tener que aprender a compartir el tiempo de dedicación de los papás. Antes, el primogénito tenía absoluta “exclusividad” y, la llegada de un hermano puede resultarle “amenazante”. Sin embargo, con el tiempo esta situación se modifica y hasta termina siendo beneficiosa para todos, porque los chicos que se crían con hermanos suelen ser más pacientes, tolerantes, menos caprichosos y más generosos.