La posición en la que se encuentra el bebé durante las últimas semanas del embarazo nos brinda mucha información sobre el parto. De este modo, es posible saber cómo manejar mejor las molestias y el dolor y de qué forma acelerar el trabajo una vez que llegue el momento del nacimiento.
El bebé puede colocarse de muchas maneras y la posición también puede determinar el nacimiento del pequeño, ya sea que nazca por vía natural o por cesárea. Resulta muy importante que el bebé se posicione correctamente en la pelvis para que la mujer pueda tener un parto vaginal, o incluso una extracción por cesárea que resulte más sencilla. Cerca del séptimo mes de embarazo, el feto comienza a tomar la posición cefálica; en esta, ubica su cabeza cerca de la pelvis de la mamá. Esta acción se da de forma automática. Según se estima, en las madres primerizas y en las mujeres que se encuentran en su segundo parto, el bebé puede cambiar de posición en el octavo mes; incluso puede hacerlo pocas semanas antes del parto.
Tipos de posiciones del feto
Posición cefálica anterior
Es la posición de parto más común y la mejor para dar a luz. El 95% de los bebés la adoptan espontáneamente. En este caso, la cabeza está baja y el bebé está de cara a la espalda de la madre, con su columna vertebral mirando hacia el abdomen. El parto puede darse perfectamente por vía vaginal, excepto cuando el pequeño es muy grande en proporción con la pelvis materna o si existe algún motivo médico que lo impida, como puede ser una enfermedad cardíaca.
Posición de occipucio posterior
Esta posición es similar a la cefálica. El bebé está con la cabeza situada hacia abajo. La diferencia es que mira hacia el frente de la madre en lugar de la espalda. En este caso, la mayoría de los bebés nacen por vía vaginal, pero esto puede dificultar el trabajo, especialmente si el mentón del bebé está levantado. Por eso, se puede ayudar a sacar al pequeño con el uso de fórceps o con una ventosa.
Posición transversal
Esta posición es poco frecuente y, se relaciona con un útero demasiado relajado y grande, lo que permite que el feto se incline con demasiada facilidad. En este caso, el feto está acostado en posición horizontal o cruzado en lugar de vertical. Por lo general, el bebé tiene su cabeza en el lado izquierdo o derecho del abdomen de la madre y se encuentra acostado sobre su espalda o vientre con el hombro sobre el conducto del parto. Debido a los riesgos asociados con la expulsión por vía vaginal, la única opción es una cesárea.
Posición de nalgas
Dentro de las posiciones anormales, la de nalgas es la más frecuente. En este caso, el feto se posiciona frente a la presentación cefálica; es decir, la cabeza está levantada con las nalgas o las piernas hacia el canal de parto. Existen tres tipos distintos de posición de posiciones de nalgas:
- Completa: el bebé viene con las nalgas primero y con las rodillas flexionadas.
- Incompleta o podálica: uno de los pies del bebé apunta hacia abajo.
- Nalgas franca: en este caso, las nalgas del bebé están dirigidas al canal de parto y sus piernas están extendidas hacia arriba, con los pies cerca de la cabeza.
En la mayoría de estas ocasiones, se suele practicar una cesárea. Sin embargo, incluso si el feto está posicionado cabeza abajo, es posible tener un parto vaginal que cumpla con ciertas condiciones: la madre debe tener una pelvis suficientemente amplia, el bebé no debe ser demasiado grande y la madre debe armarse con mucha paciencia y coraje. Además, hay maneras para girar a un bebé que se presenta de nalgas a una posición de cabeza. Uno de ellos es a través de un procedimiento llamado “versión cefálica externa”. Esta maniobra se utiliza para intentar voltear al bebé y propiciar la oportunidad de tener un parto por vía natural.
La postura en la que se ubica el bebé puede cambiarse para facilitar que suceda un parto natural. La forma de dar a luz al bebé no dependerá enteramente de la mamá. Antiguamente, las llamadas parteras, realizaban masajes muy suaves para reubicar al niño. También, es posible que el médico obstetra realice alguna acción durante el parto, o también que espere hasta último momento. Muchos niños en posición transversal, por ejemplo, se giran naturalmente para tomar la posición cefálica. Si no es posible, la opción de la cesárea debe ser llevada a cabo.
Como complemento, se pueden considerar realizar estas acciones: tomar clases de natación, practicar yoga al menos 25 o 30 minutos al día y usar una pelota grande como las de playa para sentarse sobre ella y balancearse hacia adelante. Todas ellas contribuirán a que el bebé adopte la posición adecuada para salir al mundo.