Mucho se habla de la importancia que tiene la lactancia materna para los bebés. Se hace hincapié en que los chiquitos deben ser amamantados como mínimo hasta los 6 meses, antes de iniciarlos con la leche de fórmula y la mamadera. Sin embargo, le damos menos importancia al consumo cuando crecen.
La Argentina es uno de los países que más consumen, más de 150 kilos de productos lácteos per cápita por año, pero igual está por debajo de los valores recomendados. El hombre nace con el equivalente a una moneda de 25 gramos calcio y al salir de la escuela, para tener una estructura ósea saludable, necesita haber acumuladio alrededor de un kilo. Para que esto se cumpla, es necesario consumir alrededor de 1 gramo por día. A pesar de ello, en nuestro país, sólo se consume 600 miligramos. Los argentinos pasamos de consumir 3,3 porciones de calcio por día entre los 2 y los 4 años; que bajan a 2,6 entre los 5 y los 12 años.
Un cambio en los hábitos alimentarios y de estilo de vida hizo que en estos últimos tiempos se reemplace la leche en casa y en la escuela por bebidas azucaradas, gaseosas, jugos artificiales e infusiones. En otros casos, se buscan reemplazos que muchas veces no tienen los nutrientes de la leche ni la capacidad de absorción. Esto es algo sumamente nocivo, sobre todo en los primeros años de vida, donde las necesidades son mayores. Por ejemplo, el mineral es fundamental para que el niño crezca en altura. La cantidad de calcio que tiene un vaso de leche equivale a tres plantas de brócoli. En caso que no se pueda cumplir con la cuota láctea en el desayuno y la merienda, se puede incorporar la leche en otras comidas. Es una buena idea utilizarla en licuados, salsa blanca, flanes, postres y hasta como rehidratante luego de hacer ejercicio.
El consejo no es sólo para chicos en edad escolar. Los jóvenes y adultos deberían consumir al menos 3 porciones de lácteos por día. Un ejemplo incluiría: un vaso de leche (200 ml), una porción de queso (30 g) y un vaso de yogur (200cc). El consumo de las proteínas que contiene además de vitaminas A, B, C y D, ayuda a tener una estructura ósea más saludable y hasta se relaciona con la prevención de enfermedades cardiovasculares y de obesidad.
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