Este periodo va a ser muy intenso. El nacimiento se aproxima y tienes que pasar varios controles y cuidarte muy bien. Aunque todo lo que te ocurre sea normal, tendrás que visitar con más frecuencia a tu ginecólogo y comentarle tus molestias. Como siempre, te pesará, te tomará la tensión, comprobará los movimientos fetales (el bebé ahora se mueve menos, pero aún así debes percibirlo todos los días), te hará un tacto vaginal, etc. Además, es fácil que te mande otras pruebas, así como análisis de orina cada 7-10 días para detectar la presencia de albúmina, un síntoma que, acompañado de subida de la tensión arterial, supone un riesgo para el embarazo.
Exudado vaginal
Si aún no te han hecho esta prueba (indicada entre las semanas 35-37), te la harán esta semana. Es indolora. Se toma una muestra del flujo vaginal y se hace un cultivo para saber si la madre es portadora de una bacteria (Streptococo agalacteae) que coloniza la vagina y que resulta muy peligrosa para el niño. Si la madre la porta, la tratarán con antibióticos durante el parto.
La última ecografía
Suele hacerse entre la semana 34 y la 36. Si el obstetra estima necesario hacer más antes del parto, te lo dirá.
Monitorización
Durante este mes, una semana sí y otra también irás a monitorización. No es una prueba molesta, pero has de estar tumbada 20 minutos conectada con cinturones al cardiotocógrafo, un aparato que registra en una gráfica las contracciones uterinas (aún no las notas) y la frecuencia cardiaca fetal.
Tu alimentación
Sigue las indicaciones alimentarias que te haya dado tu médico, incluidos los suplementos de calcio y hierro. El niño tiene que engordar, pero sin pasarse, y a ti no te conviene acumular kilos que dificulten el parto y sean difíciles de eliminar en el postparto.