Durante la lactancia materna, existen situaciones que pueden requerir que la madre realice la extracción de la leche. Para ello, será necesario que la madre cuente con información sobre las diferentes opciones disponibles para realizar la extracción y conservación de la leche materna.
Las situaciones más habituales que pueden requerir esta extracción son las siguientes:
- Separaciones forzadas entre madre y recién nacido.
- Recién nacido prematuro o ingresado.
- Evitar ingurgitación mamaria, mastitis, obstrucciones…
- Donarla a un banco de leche.
- Desecharla mientras se está tomando un medicamento que tenga efectos nocivos para el recién nacido lactante.
- Iniciar y establecer la producción de leche en caso de relactación o lactancia inducida.
- Problemas del recién nacido para mamar o rechazo del pecho.
Fuera de una situación concreta, la extracción y conservación de leche materna es innecesaria en una lactancia establecida de manera normal. Es importante lavarse siempre las manos antes de realizar la extracción. La liberación de oxitocina y la eyección de leche mejoran con estímulos externos como el llanto del recién nacido, oler una prenda suya o ver su foto. En algunas ocasiones se necesita una rápida producción de leche, como en los casos en que el recién nacido haya perdido demasiado peso, que la madre desee restablecer la lactancia tras un periodo sin ella, bebés prematuros o ingresados o recién nacidos en huelga de lactancia. En estos casos, se puede usar la llamada ‘técnica de la extracción poderosa’. Desarrollada por la IBCLC Catherine Watson, consiste en hiperestimular el pecho con sacaleches, si puede ser doble, realizado extracciones de 10 minutos de duración cada 45-60 minutos durante 24 horas, con un descanso nocturno no mayor a 4 horas.
Cuando se van obteniendo entre 15-20 ml cada hora, se pueden realizar extracciones de 20 minutos cada dos horas. Cuando se obtienen 40 ml cada dos horas, las extracciones pueden realizarse durante 30 minutos con un total de 6-8 veces en 24 horas. Se considera que la técnica no funciona cuando se han realizado extracciones durante 48 horas de manera correcta y no se han logrado más de 100 ml por día en total.
Para realizar la extracción de leche materna, se pueden utilizar diferentes métodos y utensilios:
- Manual: para extraer la leche de forma manual, primero se debe realizar un pequeño masaje circular para estimular el pecho. Después, con el pulgar y los demás dedos, se formará una C, apretando primero hacia atrás y luego comprimiendo los dedos. No se debe aplastar ni estirar el pecho. Es ideal para los primeros días tras el parto, ya que las cantidades de calostro que se producen son pequeñas, se pueden recoger en una cuchara o vaso pequeño y ofrecérselas así al niño.
- Extracción mecánica con sacaleches:
- Manual: son fáciles de usar y dan buenos resultados.
- Minieléctricos y a pilas: fáciles de limpiar, buenos resultados. Indicados para extracciones largas y frecuentes.
- Eléctricos de gran tamaño: fáciles de usar, para periodos largos. Son los más caros. Se pueden alquilar. Pueden aplicarse en los dos pechos a la vez si es doble.
Para conocer la talla de la copa de los extractores que se debe utilizar, es necesario medir la cara del pezón de extremo a extremo y sumarle 2mm. El pezón no debe rozar con las paredes ni entrar demasiada areola.
En la conservación de la leche materna podemos guiarnos por unas recomendaciones generales:
- Usar recipientes limpios.
- Usar leche no congelada siempre que sea posible. Congelar la leche que no se vaya a utilizar en tres días lo antes posible tras su extracción.
- Guardarla en pequeñas cantidades entre 50 y 100 ml para descongelar solo la que se vaya a utilizar.
- Etiquetar los recipientes con la fecha de la extracción.
- Descongelar siempre la leche más antigua. Removerla bien una vez descongelada.
- Calentarla agua en un cazo y, una vez retirada del fuego, introducir el recipiente con la leche extraída hasta alcanzar la temperatura deseada, o bien calentarla en el microondas. No se debe calentar al baño María ni directamente al fuego. Tampoco se debe descongelar en el microondas.
La leche materna extraída se puede mantener a temperatura ambiente durante 6-8 horas, en la heladera a 4º C o menos durante 3-5 días y en el congelador durante 2 semanas. Cuando tengamos que utilizar leche materna que teníamos congelada, lo ideal es descongelarla en la heladera, donde podrá permanecer un máximo de 24 horas, o descongelarla a temperatura ambiente y utilizarla antes de 4 horas. Nunca se debe volver a congelar una leche descongelada, por lo tanto, siempre se debe descartar la leche que sobre en una toma. Es importante congelarla de manera rápida tras la extracción y calentarla inmediatamente tras sacarla del freezer, ya que contribuye a que la leche no cambie de sabor.