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Formas de enseñarle a nuestro hijo a defenderse sin violencia

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A medida que nuestros hijos e hijas van creciendo, el desarrollo de la autonomía se acrecienta y empiezan a adentrarse en profundidad en su entorno inmediato. A nosotros como padres nos gustaría estar siempre presentes para guiarlos y evitar equivocaciones, pero serán ellos quienes tendrán que darse cuenta y defenderse cuando la situación lo precise. Es importante que consideremos la resolución de los problemas de nuestros hijos sin apelar a la violencia. Las expresiones como “¡defendéte!” “¡tenés que devolverle el golpe!” lo único que logran es encender más el conflicto, generar una escalada en un conflicto agresivo pero, la premisa correcta debería ser enseñarles a defenderse sin usar violencia.

Decir NO de forma asertiva

Desde los primeros años en importante que conozcan la posibilidad de decir ‘no’ ante una situación complicada. Es necesaria la asertividad, la capacidad de poder expresarnos libremente, de poder decir lo que nos molesta, lo que nos gusta, sin agredir a la otra persona es fundamental para una autoestima sana y para unas relaciones sociales justas y equilibradas. Al principio, en los primeros años, las reacciones son instintivas y se suelen defender con agresividad: mordiendo, gritando, empujando, golpeando, pegando…  Les explicaremos que pueden actuar de otra forma porque tienen el poder de decir no cuando algo no le gusta: “No me insultes, no me trates mal, no me gusta lo que me está haciendo…” La asertividad es un componente fundamental de las habilidades sociales y personales. Puede entenderse como una forma de comunicación, pero también va más allá, es entendida como una forma de ser y de actuar. Es un reflejo de una autoestima sana. En ocasiones confundimos defensa con violencia y estos dos conceptos son muy distintos. Cuando el niño se siente agredido tiene todo el derecho a réplica en defensa de su integridad y dignidad. La violencia se define como una actitud intencionada que busca dañar a otro, mientras que la defensa se basa en el autocuidado sin hacer daño al otro necesariamente.

Claves para defenderse sin usar violencia

  • Servirle de ejemplo. Enseñaremos a nuestros hijos a aceptarse, a apreciar su identidad, su raza, su familia y su propio yo. Un niño que se siente querido y aceptado en el círculo familiar puede tener más posibilidades de éxito en sus interacciones sociales.
  • Saber escucharlo cuando exista un conflicto. Le preguntaremos qué ha ocurrido, cómo lo ha gestionado, si ha sido algo puntual o un comportamiento que se repite más veces… Es muy importante que se le escuche y atienda, esto le ayudará a desahogarse y a liberar tensión.
  • Ayudarle a tener criterio propio. Enseñaremos a nuestros hijos a tratar a los demás como quieren que les traten a ellos. La mejor manera para la defensa es el diálogo. Si tus hijos pueden defender sus límites personales y derechos de manera verbal lograrás importantes avances.
  • Transmitirle confianza y fortalecer así su identidad. A veces es difícil tener confianza para decir lo que uno piensa en realidad, es importante que cuando el niño o la niña diga alguna cosa que le molesta o una opinión contraria a la nuestra, no le riñamos por ello. Le escucharemos y tendremos en cuenta su opinión, si lo dice de una forma no adecuada le explicaremos que puede decirlo de otra manera.
  • Enseñarle a pedir ayuda y a evitar situaciones peligrosas. Es conveniente que entienda la gran diferencia existente entre “pedir ayuda” y “calentarse”…

Cómo enseñarle a nuestrohijo/a a defenderse

  1. Favorecer la empatía. Enseñarle a ponerse en el lugar de los demás, tratar de entender los problemas del otro y ver las cosas de forma objetiva.
  2. Explicarle que las ofensas de otros no tienen importancia cuando no son ciertas. La confianza en nosotros mismos es lo más importante y no puede afectarnos lo que cualquiera diga acerca de nosotros.
  3. Evitar fomentarle actitudes violentas y comportamientos agresivos.
  4. Inscribirlo en actividades extraescolares deportivas para ayudarlo a desarrollar la fortaleza necesaria y afrontar amenazas. Las artes marciales suelen ser un gran recurso.