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Enuresis y Encopresis en la infancia

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Los problemas psicológicos en la infancia suelen provocar sufrimiento no solo en el niño, sino también en los padres o en la familia más cercana que le rodea. Este malestar psicológico durante la infancia puede llegar a manifestarse de maneras insólitas, siendo este el caso de los trastornos de eliminación. Estas alteraciones relacionadas con el control de esfínteres suele estar relacionado con la experimentación de sentimientos de malestar y angustia.

El concepto trastornos de eliminación hace referencia a una alteración que puede aparecer durante la infancia, afectando tanto al estado psicológico y comportamiento del niño como generando sensaciones de preocupación y ansiedad en el resto de la familia. En ocasiones, esta alteración puede llegar a ser tan pronunciada que acaba por suponer una fuente de conflicto dentro del núcleo familiar. La naturaleza de este trastorno se encuentra relacionada con la adquisición del control de esfínteres. Aunque existen diferencias individuales en cada uno de los niños, habitualmente este control se alcanza entre los 18 y los 36 meses de edad. Entre las conductas o comportamientos que se engloban dentro de esta categoría se encuentran la continencia fecal nocturna y diurna y la continencia urinaria también nocturna y diurna.

En el caso de los trastornos de eliminación, el niño no llega a conseguir este control, lo que suele derivar en dos eventos diferenciados: la enuresis funcional o la micción incontrolada, la cual tiende a aparecer tiempo posterior a la adquisición del control urinario, esta no se suele diagnosticar como tal antes de los 5 años y suele producirse durante el sueño. Por otra parte, encontramos la encopresis funcional, la cual hace referencia a la evacuación de heces en momentos y situaciones inapropiadas, tanto de manera voluntaria como involuntaria. En este caso la edad aproximada para el diagnóstico es de 4 años. En la mayoría de ocasiones, ambas alteraciones aparecen acompañadas una de la otra; no obstante, esto no tienen porqué ser así. Además,  cada una de ellas se acompaña de unas características, causas y sintomatología psicológica características.

A pesar de esto, tanto en la enuresis como con la encopresis, la familia suele sentirse impotente y desorientada. El motivo es que no existe una sola causa que pueda provocar estos comportamientos y además la aparición de síntomas emocionales por parte del pequeño hace que la preocupación y frustración de los padres sea aún mayor.

Por enuresis funcional entendemos la incapacidad del niño de controlar la micción, lo que conlleva la expulsión de orina durante la noche o en momentos y lugares poco oportunos. Esta conducta suele darse tanto de manera involuntaria como voluntaria. Para que pueda realizarse un diagnóstico correcto de enuresis funcional, esta deberá aparecer una vez pasadas las pautas evolutivas; es decir, a esa edad el niño ya debería de poder controlar la micción (más de 3 o 4 años). Además, primero será necesario descartar las posibles causas físicas u orgánicas.

Existen una serie de características de definen la enuresis funcional:

  • La enuresis aparece con una frecuencia de, al menos, dos episodios semanales a lo largo de 3 meses seguidos.
  • Puede generar angustia y malestar clínicamente significativo en el menos. Así como afectar al desarrollo social y escolar.
  • Estas conductas no pueden ser explicadas por una causa orgánica como una enfermedad o la administración de un medicamento o sustancia diurética.
  • Cuando aparece durante la noche, esta tiende a hacerlos alrededor de entre 30 minutos y 3 horas después de dormirse.
  • En la mayoría de casos el niño no ha logrado alcanzar el control de la vejiga, lo que se conoce como enuresis primaria. Sin embargo, en aproximadamente un 20% de los casos se trata de enuresis secundaria debida a un evento o situación estresante o angustiosa.

Si se consiguen descartar los problemas físicos relacionados con el tamaño de la vejiga o por una debilidad muscular, así como causas hereditarias o de los ciclos de sueño. El profesional médico o el psicólogo deberá entonces realizar una evaluación psicológica que desveles posibles factores o causas psicológicas. En algunas ocasiones la enuresis funcional se acompaña de sintomatología emocional y conductual. No obstante, todavía no se ha podido determinar si esto constituye la causa o, por el contrario, es efecto del propio trastorno.

En cuanto al origen psicológico de la enuresis funcional, los estudio de casos señalan hacia la idea de que la experimentación de periodos de estrés y ansiedad, así como la experimentación de traumas y crisis psico-sociales como el nacimiento de un hermano, pueden ser algunas de las causas de este problema.

La enuresis funcional puede estar asociada a la siguientes sintomatología psicológica y física:

  • Sentimientos de  agresividad, incertidumbre e ira
  • Negarse a dormir fuera de casa
  • Sentimiento de vergüenza
  • Baja autoestima
  • Irritación en las zonas íntimas

En cuanto al abordaje del problema por parte de los padres y profesores, estos deberán permanecer atentos a en qué momentos sucede la enuresis y, bajo ningún concepto, reprender o castigar al niño por hacerlo. La opción más eficaz es acudir a un especialista en psicología. El profesional, además de realizar una evaluación e intervención psicológica, enseñará al menor técnicas de aprendizaje de control de esfínteres o técnicas y aparatos de alarma.

En el caso de la encopresis funcional, el trastorno de eliminación se manifiesta mediante la evacuación, voluntaria o involuntaria, de heces en momentos también inapropiados. Este caso el diagnóstico dicta que la problemática debe permanecer presente, al menos durante tres meses, teniendo el niño más de cuatro años de edad.

La encopresis funcional posee una serie de características que la distinguen:

  • Ocurre más por el día que en las horas de sueño.
  • En el 50% de los casos se debe a un aprendizaje deficiente del control de esfínteres (encopresis primaria) mientras que en el otro 50% consiste en una respuesta de regresión por un evento o situación angustiosa (a partir de los 8 años de edad).
  • La conducta no puede ser explicada ni por una enfermedad médica ni por el consumo de medicamentos o sustancias laxantes.

Eliminando las posibles causas físicas de la encopresis, como son el estreñimiento y la impactación fecal, se pueden encontrar ciertos factores psicológicos que provocan este tipo de trastorno de eliminación. Un aprendizaje y entrenamiento deficitario en cuestiones de higiene, un entrenamiento demasiado temprano o la aparición de una afección emocional como son el trastorno de oposición desafiante o un trastorno de conducta, suelen ser las principales causas de esta alteración.

La encopresis funcional presenta una serie de síntomas tanto físicos como psicológicos:

  • Sentimientos de perturbación y vergüenza
  • Síntomas neuro-evolutivos como problemas de atención, hiperactividad, impulsividad, baja tolerancia a la frustración y descoordinación.
  • Alteraciones gástricas y estomacales como dolor de estómago y estreñimiento.
  • En niñas pueden aparecer infecciones de tracto urinario.

Como en la enuresis, ni los padres ni los profesores deben reprender al pequeño cuando ocurra alguna situación desagradable, sino que es necesario hablar con él en un lenguaje acorde a su edad, no como si fuera un recién nacido. En cuanto al abordaje médico y psicológico, estos tratarán de conseguir la prevención del estreñimiento, así como estimular el desarrollo de unos correctos hábitos en la defecación. Mediante la psicoterapia se puede ayudar al menor a controlar y gestionar los síntomas emocionales de este trastorno de eliminación.