No son pocas las mujeres a quienes les cuesta lograr un embarazo. El deseo enorme, los nervios, la ansiedad, a veces juegan en contra. Sin embargo, cuidar la alimentación, dormir más, mejorar la hidratación, y dejar malos hábitos (el cigarrillo, por ejemplo), para algunas mujeres resulta ser algo más complejo y difícil de llevar adelante para muchas.
Una buena alimentación es clave si se busca un embarazo. Esto se debe que nuestro cuerpo necesita prepararse para no presentar deficiencias durante la gestación, por lo que será necesario cambiar el régimen alimenticio (además de chequear si estamos con bajo peso o si por el contrario, estamos excedidas), y empezar a tomar ácido fólico, entre 3 y 6 meses antes de la concepción (para lograr que haya un ópimo cierre del tubo neural del feto).
Existen alimentos que pueden afectar o estimular la fertilidad, y que es mejor evitarlos o aumentar su consumo (según sea el caso), si es que deseamos buscar un bebé:
- Se dice que la cafeína puede afectar la fertilidad puesto que reduce el flujo de sangre dirigido hacia el útero, por lo que lo ideal sería disminuir lo más que puedas, tu ingesta de café, té, chocolate y refrescos como la coca cola o los jugos artificiales.
- Hay que disminuir el consumo de bebidas endulzadas, gaseosas, jugos muy dulces, y azúcar en general, ya que éste puede alterar tus niveles de glucosa en la sangre y con esto, desequilibrar tus niveles hormonales, y complicar la fertilidad.
- También, conviene reducir la ingesta de carne roja porque el exceso de ésta puede elevar los niveles de amoníaco, dificultando la implantación del óvulo.
- Se cree que la soya también podría hacer más complicada la concepción debido a un componente parecido a los estrógenos que produce el cuerpo, alterando los ciclos menstruales.
La idea no es eliminar esos alimenos y bebidas por completo de la dieta, sino simplemente reducir su consumo. Hay que recordar que es muy importante consumir un multivitamínico prenatal, incluso antes de la concepción ya que, de esta manera, nuestro cuerpo se prepara para tener los nutrimentos necesarios para cuidar y anidar a tu próximo bebé.
Desde ya que siempre se debe consular con el médico y/o nutricionista, ya que cada una de nosotras somos diferentes y es importante estar bien asesoradas por un buen profesional.