Una madre naturalmente sabe cómo cuidar y proteger a su hijo. Sin embargo, cada día observamos cientos de hechos que nos alejan de tan sublime creencia y ya sabemos que ser mamá es una cuestión de elección. La maternidad es considerada como un instinto innato que impulsa a las mujeres a proteger y cuidar a sus hijos una vez que han nacido, sin embargo, la realidad es que aunque esta gran sensación de protección exista, lo que llamamos “instinto maternal” es un mito.
Culturalmente la mayoría de las mujeres hemos sido educadas para conseguir una pareja, casarnos y procrear. Pero cada día observamos un grupo importante de mujeres que han tomado el control de su destino y por distintas razones no tienen la motivación, disposición o el tiempo para cumplir con este importante rol. Para ser mamá es conveniente poseer cierta madurez emocional que permita estar preparada para llevar a cabo de una manera eficaz la gran demanda de cuidados y amor que un nuevo bebé necesita.Dependiendo del significado que tenga la mujer acerca de la maternidad, la relación con su madre y pareja, esta experiencia será placentera o una gran fuente de conflictos y sacrificios. Las vivencias, emociones, educación y entorno social, también serán factores que eventualmente influirán en la elección de ser o no madres.
La decisión de tener hijos es una elección propia, por lo cual concientizar lo que se siente y piense acerca de la maternidad es fundamental para el futuro de tu bebé. Es muy importante tener un proyecto o planificación en el que se tenga muy claro lo que se quiere hacer para cumplir nuestras expectativas como mujeres y madres. Algunas mujeres prefieren realizarse profesionalmente para contar con un respaldo económico, antes de asumir la maternidad. Con un respaldo financiero pueden buscar la ayuda de una persona que les ayude con tan vital tarea, mientras continúan con una carrera en ascenso. Para otro grupo de mujeres ser madres es su prioridad, por lo cual el cuido y protección de su hijo lo asumen de forma natural desde el momento en que el pequeño llega a sus vidas. El apoyo que brinde la familia y la pareja es importante, ya que de esto dependerá que la mujer posea las herramientas emocionales y económicas para sacar adelante a su nuevo hijo.
Lo importante es tomar consciencia de tan importante decisión de vida, tener el corazón dispuesto y la mente abierta para hacerlo lo mejor posible, para así criar a los hijos con mucho amor y dedicación. Ser madre es una experiencia única y gratificante para toda mujer. No existe el momento perfecto en la vida para elegir ser madres.
A pesar de ello, hay que intentar considerar una seria de aspectos antes de tomar una decisión responsable:
- La mujer debe tomar en cuenta si la relación de pareja está en un buen momento y está de acuerdo en traer un niño al mundo.
- Aunque la edad recomendada para dar luz esta comprendida entre los 18 y 27 años, cualquier mujer que se lo proponga puede tener la capacidad y recursos adecuados para mantener y cuidar a su hijo.
- Acudir a un especialista de la salud es uno de los pasos más importantes antes de ser madres.
- Antes de considerar tener un hijo, la mujer debe alejarse de todos aquellos hábitos tóxicos que puedan dañar la salud del bebé, tales como: el cigarrillo, el alcohol, comidas altas en grasa y azúcar, entre otros.
- Se debe pensar cuántos hijos quiere tener y en que períodos de tiempo.
- Hay que consultar con la pareja para saber qué piensa al respecto, si está preparado, si posee las condiciones adecuadas para colaborar con los cuidados del niño, etc.
- En el caso de que la mujer sea soltera pero decida tener un hijo por cuenta propia, es bueno que ella considere tener un fondo de reservar previo que le permita afrontar ciertos costos ante cualquier imprevisto.
- Si la mujer considera que no tiene las competencias para ser una buena madre, pero aun así desea serlo, es aconsejable que consulte con un profesional que la oriente en sus dudas y miedos.