Seguro que has oído hablar de la educación emocional y la importancia que tiene en el desarrollo integral de los niños. El objetivo principal de este tipo de educación es potenciar la adquisición de las competencias socioemocionales. Estas son fundamentales para que los pequeños crezcan relacionándose correctamente con el entorno. La inteligencia emocional comienza a desarrollarse en los primeros años. Todos los intercambios sociales que los niños tienen con sus padres, maestros y entre ellos llevan mensajes emocionales.
Las competencias socioemocionales se pueden definir como: «El conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales».
En el desarrollo de ese conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes, destacan los siguientes actos:
- Identificar y regular los propios sentimientos, emociones y comportamientos.
- Reconocer las propias cualidades personales.
- Reconocer y entender los sentimientos y puntos de vista de los demás.
- Trabajar y esforzarse por conseguir los objetivos personales.
- Aceptar y respetar las diferencias entre las personas.
- Utilizar una comunicación positiva.
- Prevenir, manejar y resolver conflictos interpersonales de forma constructiva.
- Actuar en base a unos valores éticos y cívicos.
- Tomar decisiones responsables.
- Contribuir al bienestar de las personas.
Todo ello se puede clasificar en cinco categorías. Las cuales debemos conocer para ofrecer a los niños una educación completa.
Las diferentes competencias socioemocionales se pueden agrupar en 5 categorías :
- Conciencia emocional: Se puede definir como el hecho de tener conciencia de las propias emociones y de las emociones de los demás. Comprendiéndolas y dándoles nombre a cada una de ellas. También hace referencia a poder apreciar el clima emocional de una situación determinada.
- Regulación emocional: Se trata de manejar, gestionar, expresar y afrontar las emociones correctamente, teniendo en cuenta que los estados emocionales influyen en la cognición y el comportamiento. Cuando decimos controlar las emociones nos referimos a aquellas que son realmente estresantes e incapacitantes. Sentir emociones es lo que hace a nuestra vida rica
- Autonomía emocional: Se refiere a desarrollar una serie de características y elementos relacionados con la autogestión personal, como: Alta autoestima, Actitud positiva ante la vida, Responsabilidad, Análisis crítico de las normas sociales, Autoeficacia emocional, Resiliencia.
- Inteligencia interpersonal: Es la capacidad para comprender intenciones, motivaciones y deseos ajenos, estableciendo relaciones sociales sanas. Lo cual implica practicar la comunicación positiva y efectiva, mostrando respeto, empatía, actitudes prosociales, asertividad, cooperación, etc.
- Habilidades de vida y bienestar: Son habilidades necesarias para afrontar la vida cotidiana de forma satisfactoria, como: Establecer metas y objetivos, Tomar decisiones y asumir la responsabilidad, Buscar apoyo y ayuda cuando se requiere, Reconocer y respetar los derechos y deberes propios y de los demás. De modo que uno puede organizar la vida de forma equilibrada, experimentando un profundo bienestar subjetivo. Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas tienen mayores posibilidades de ser alegres y eficientes en la vida. Y serán capaces de cultivar los hábitos mentales que mejoran su productividad.
Aunque durante la infancia hay que potenciar las competencias socioemocionales, debemos tener en cuenta que, para adquirir algunas de ellas, es necesario presentar cierto grado de madurez.En definitiva, se puede decir que el aprendizaje en la educación emocional es un proceso que comienza en la infancia, pero que continúa a lo largo de toda la vida.