El ovario poliquístico y el síndrome de ovario poliquístico (SOP) no son lo mismo. Es más, las diferencias son muy importantes especialmente en la búsqueda del embarazo.
Entendemos que el ovario poliquístico viene determinado por la presencia elevada de folículos de pequeño tamaño inactivos o en estado de reposo, llamados comúnmente micro-quistes. El origen de los ovarios poliquísticos es ginecológico, no hormonal, y se diagnostica fácilmente por ecografía. Se trata de una afección leve, ya que las mujeres que la padecen no suelen presentar ninguna otra patología asociada, sus ciclos menstruales son normales y, por lo tanto, su fertilidad no tiene por qué verse alterada. No obstante, existe una pequeña proporción de mujeres con ovarios poliquísticos con irregularidades ovulatorias poco graves y fácilmente solucionables con tratamientos inductores de la ovulación.
El Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP), o Síndrome de Stein-Leventhal, viene determinado por una alteración genética que causa un fallo en la comunicación intercelular entre el ovario y la glándula pituitaria, provocando una producción hormonal discontinua. Se caracteriza por la fusión de 4 afecciones:
Ovarios poliquísticos
Obesidad
Ausencia de ovulación
Hiperandrogenismo o elevación de las hormonas masculinas
Por lo tanto, las mujeres con SOP no sólo muestran en su ecografía los ovarios poliquísticos sino que el diagnóstico viene acompañado por sobrepeso y desajustes hormonales. Éstos últimos provocan los síntomas característicos de esta patalogía: irregularidades menstruales y/o ovulatorias, ausencia de ovulación e hirsutismo. Otra patología que pueden padecer a largo plazo las mujeres con SOP es la diabetes, debido a la resistencia a la insulina que puede acarrear el SOP.
Presentar ovarios poliquísticos no tiene porqué afectar al sistema hormonal y con ello a la fertilidad de la mujer. No obstante, en ocasiones sí que pueden presentarse pequeñas alteraciones hormonales, aunque todas ellas son fácilmente reajustables, especialmente en mujeres jóvenes.
En cuanto al SOP, sí existe una relación directa con la infertilidad debido a las alteraciones hormonales. Niveles anómalos de FSH, LH, prolactina o testosterona, entre otros, dificultan la ovulación y con ello la posibilidad de gestación.
Tener múltiples folículos o micro quistes por ultrasonido no son suficientes para establecer una poliquistosis ovárica (PO) sino que es necesario que se identifiquen 12 o más foliculos, entre 2 y 9 mm que esten dispuestos hacia la periferia y que el volumen rebase los 10 ml. Es suficiente con tener esta morfología en un sólo ovario y el diagnóstico se establece por exclusión, con la presencia de dos criterios de los tres: anovulación, hiperandrogenismo y PO, esta última no es imprescindible y la obesidad no es un criterio.
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