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La episiotomía consiste en una intervención quirúrgica de uso muy frecuente en los partos vaginales (naturales/normales). Es un corte quirúrgico que se realiza con bisturí o tijeras especiales en la zona del perineo (área localizada entre la vagina y el ano) para pooer agrandar la zona, evitar cualquier desgarro, y que el bebé pueda salir sin problemas. Inmediatamente después, el médico sutura la zona con hilo que será reabsorbido (no es necesario que se retiren los puntos).
La OMS hace tiempo que tiene una postura firme sobre esta práctica y no la recomienda. Establece que la episiotomía puede aumentar el riesgo de traumatismo perineal anterior. Al ser un corte en una zona muy sensible, delicada y húmeda, la recuperación se torna algo dolorosa y lenta. Además, hay que sumarle los normales dolores musculares de la zona vaginal que se hallan distendidos por el embarazo y el trabajo de parto. A pesar de estas complicaciones, y de que en realidad sólo un 20% de los partos la necesitaría, ésta práctica sigue siendo casi habitual en Argentina.
En el corto plazo, además de tener que aguantar el dolor y armarse de una paciencia tremenda para recuperarse (unos 15 días mínimo), la episiotomía limita el buen estado físico (durante los primeros tres días es casi imposible caminar adecuadamente, sentarse o agacharse) y, emocional que la reciente madre debería tener con su bebé. La predispone al malhumor, al cansancio, a padecer numerosos malestares. Convengamos que ninguna madre puede amamantar tranquila a su chiquito si está sintiendo dolores y apenas puede permanacer sentada. Además de causar dolor, puede infectarse, los puntos pueden soltarse antes de tiempo (complicando más la cicatrización), y también aumenta el sangrado.
A largo plazo, la cicatriz puede dificultar la recuperación del tono pélvico lo que puede ser causa de pérdidas de orina aún meses después del parto o que tampoco se pueda llevar adelante una vida sexual satisfactoria.
Es necesario que todas las mujeres embarazadas sean concientes de que la episiotomía NO es obligatoria. En caso de que igualmente una mujer elija someterse a ella para prevenir algún posible desgarro (aunque vale aclarar que los desgarros superficiales son preferibles a la episiotomía), o porque es necesaria para la salud del bebé que está por nacer, la misma debe realizarse con sumo cuidado, tanto en su ejecución como en su posterior sutura y seguimiento, prestando atención al dolor que provoca tanto en la sutura como en las curas, sin minimizar el sufrimiento emocional y psicológico que pueden llegar a producir.Circunstancias en las que es necesario realizar una episiotomía
- Cuando hay sufrimiento fetal.
- Cuando se observa que el bebé no está soportando bien los últimos minutos del parto y es necesario que nazca rápido.
- Cuando el bebé es muy grande de modo que es necesario más espacio para ayudarlo a salir.
- Cuando se hace imprescindible el uso de fórceps u otro instrumental.
- Cuando se observa riesgo de un desgarro grave (no superficial) por diferentes sitios.