Muchos padres creen que el mejor momento para quitarle el pañal a su hijito/a es el verano, pero la realidad es que el chiquito es quien debe decir cuándo es “su” momento para dejar el pañal, cuándo se encuentra listo para empezar a usar ropa interior.
El pañal lo ponemos nosotros, los padres. Ellos nacen sin pañal con una particularidad: son tan inmaduros que no son capaces de controlar los esfínteres y andan haciendo pipí y caca todo el día por todas partes. Esto, obviamente, es un problema para los padres, que de no usar pañal tendríamos que estar todo el día limpiando ropa, sábanas, suelos y a nosotros mismos. Entonces, porque nos conviene a nosotros, les ponemos un pañal y les acostumbramos a ellos para que hagan ahí lo que quieran. Como no siempre tenemos un sitio donde correr con el bebé a hacer lo que tenga que hacer, por comodidad les ponemos el pañal, les acostumbramos a ellos y decidimos unilateralmente cuándo es el momento de quitárselo. Por lógica (controlar los esfínteres es un proceso madurativo), los niños son quienes deberían decidir cuándo quitarse el pañal. Sin embargo, llega el verano en que el niño tiene dos años y todo son presiones. La familia opina sobre sacárselo, el pediatra empieza a dar consejos, sentimos que estará empezando pronto el jardín y que no debe usarlo, etc. Controlar esfínteres no es algo que se aprenda a hacer porque los padres quieran.
Es cierto que, por otra parte, cuando hay una decisión tomada, hay que persistir, hay que estar encima del niño para que lo haga bien, porque al final se consigue que aprenda. Hay niños que a veces tardan meses en aprenderlo, pero que gracias a la insistencia al final lo entienden y lo hacen bien. El error es de concepto. Controlar los esfínteres no se aprende porque alguien te lo enseñe. Uno lo aprende porque está preparado para hacerlo. Un niño que está meses haciendo de todo por todas partes porque los adultos se han confabulado para que no lleve ni un pañal más es un niño al que nadie entiende y un niño que bien podría haber estado esos meses con pañal, para luego dejarlo enseguida en el momento en que hubiera sido capaz de controlar.
La gran pregunta es, ¿cuándo se los quitamos? ¿Cuándo empieza a caminar un niño? ¿Cuándo empieza a hablar? Todo depende de la madurez o del interés que el niño tenga en ese asunto. Hay niños que caminan con once meses y niños que no lo hacen hasta los 17, hay niños que al año dicen muchas cosas y hay otros que no se sueltan hasta que tienen dos. A los 2 años y medio sólo el 50% de los niños controlan los esfínteres. Es el momento en que (casi) todo adulto, educador, pediatra, vecina y “entendido” dice que ya no tiene que llevar pañal. Grave error, si sólo la mitad de los niños es capaz de controlarlo. Cuando tienen 3 años, controlan los esfínteres el 75% de los niños. A esa edad muchos niños ya entran en el colegio y una cuarta parte aún no controla bien el tema, de hecho, es difícil ver a un niño de 3 años con pañal porque poca gente lo ve bien. Cuando ya tienen 3 años y medio, lo controla el 95% de los niños. Es decir, aún queda un 5% de niños que aprenderán a controlar sus esfínteres camino de los cuatro años.
Si no les quitáramos el pañal, si no les molestáramos con el asunto, los niños se quitarían el pañal a los cuatro o cinco años, quizás más tarde, por una cuestión de rutina. Acostumbrados a hacerlo siempre ahí, aún cuando fueran capaces de controlar, seguirían haciéndolo del mismo modo. De hecho, muchos niños que controlan los esfínteres y van sin pañal piden uno para hacer caca porque se sienten más seguros. Se lo ponen, hacen caca y se lo quitan.
El proceso debe hacerse siempre con respeto, sin malas palabras ni amenazas, sin castigos ni premios, de un modo natural.