La episiotomía es una incisión quirúrgica en el la zona del periné de la mujer para facilitar el momento de dar a luz y evitar lpsibles desgarros. El periné es la región del cuerpo que se extiende desde los genitales hasta el ano. En esta zona, se localizan músculos muy importantes, como el músculo elevador del ano, el músculo constrictor de la vagina y el músculo isquiocavernoso, entre otros.
En los partos por vía natural (vaginal) se produce un aumento de presión ejercido por la cabeza del feto. Si la tensión de la pared no disminuye puede llegar a ocurrir un desgarro vaginal. El riesgo es más elevado en las mujeres primerizas ya que con los partos, el tejido se elonga y el bebé puede salir a través del canal con mayor facilidad. Por este motivo, la episiotomía ayuda a que el parto se produzca sin complicaciones. Pero, teniendo en cuenta el área en el que nos encontramos, la futura mamá no está exenta de riesgos. Principalmente, de que luego puedan suceder infecciones en la herida.
La principal indicación para realizar una episiotomía es el sufrimiento fetal. Cuando el bebé se encuentra en el período expulsivo, puede quedar atrapado si las paredes de la vagina son demasiado estrechas. En este caso, el aporte de oxígeno al bebé no sería el adecuado y el riesgo de alteraciones neurológicas aumenta. Para evitarlo, se considera que los beneficios de la episiotomía superan a las posibles complicaciones derivadas de la incisión. Sin embargo, es importante remarcar que sólo se debe realizar esta práctica cuando sea necesario. Hace unos años, se solía practicar casi siempre en partos de madres primerizas, o sea, de forma general, pero hay que recordar que no deja de ser una intervención quirúrgica. Si se puede evitar, es preferible no realizarla para que la recuperación postparto sea más fácil.
Si el bebé es grande, puede sufrir distocia de hombros. Esta situación se conoce como feto macroscópico y, como es lógico, tendrá más dificultad para salir por el canal del parto. En este caso, la episiotomía es una buena opción para ayudar al bebé. Otra indicación que, sin embargo no está tan clara, es para evitar el desgarro vaginal. La mayoría de la comunidad científica considera que en este caso sí es recomendable practicar la incisión. Sin embargo, hay situaciones especiales donde es preferible atender un desgarro vaginal frente a una infección. Sobre todo en el caso de pacientes inmunodeprimidas que van a tener más problemas para eliminar el microorganismo.
En función de la región donde se practique el corte podemos clasificar la episiotomía en varios tipos. Los que se realizan con mayor frecuencia en la práctica clínica son los siguientes:
Independientemente del tipo de episiotomía que se realice, la paciente debe seguir los cuidados del médico ginecólogo u obstetra . Es importante que la herida cicatrice bien cuanto antes para que la mujer se recupere del parto correctamente y no haya lesiones que puedan afectar su vida sexual. Normalmente, en un plazo de 4 semanas tras el parto la cicatriz está consolidada del todo, o prácticamente consolidada. Aunque el tiempo de reparación varía de unas personas a otras, con una correcta higiene no suele haber complicaciones graves.
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