Se entiende por fracaso escolar al hecho de no completar el grado académico mínimo para el sistema educativo del que se forma parte. Es un fenómeno que se da en un nivel muy alto en varios países. En primer lugar, vale la pena distinguir la diferencia entre fracaso escolar y abandono o deserción escolar. El primero, como explicamos previamente, significa no alcanzar el nivel mínimo requerido, mientras que el abandono incluye a quienes sí lo consiguieron pero no completaron la Educación Secundaria Obligatoria.
El término «fracaso» ha sido cuestionado fuertemente, dado que lleva implícita la idea de que las personas que no tienen el título educativo obligatorio han fracasado en sus vidas. Además, da la sensación de cargar toda la responsabilidad en el alumno, cuando los educadores, los padres y el Estado también cumplen un rol vital en este proceso. Por eso, cuando se da un caso de fracaso escolar, se tiende a apuntar al alumno como el principal responsable, pero en realidad coexisten muchos otros aspectos que deben tomarse en cuenta, tanto personales como familiares y culturales.
Causas del fracaso escolar
- Falta de motivación o desinterés. Es poco común que suceda en alumnos de la escuela primaria, pero es una realidad en los casos donde los padres no cumplen su función de guías y mentores. Los niños pueden ser fácilmente tentados por distracciones poco sanas si no cuentan con alguien que les enseñe el camino a seguir.
- Déficit intelectual. Representa a un grupo mínimo de estudiantes que no cumplen con los requisitos mínimos del sistema educativo. Apenas el 2% de ellos muestran faltas en su capacidad de procesar conceptos, operaciones u otro tipo de datos.
- Problemas de aprendizaje. La dislexia o la discalculia son trastornos comunes entre los chicos en edad escolar y componen un alto número de casos de fracaso escolar.
- Problemas de visión. Aunque parezca extraño, los problemas en la visión son el origen de un alto porcentaje de las frustraciones educativas.
- Contexto familiar y sociocultural. Las condiciones de vida de una persona influyen en su rendimiento escolar o laboral. Sin embargo, según UNICEF, esto no implica que los hijos de padres con mayor rendimiento educativo obtengan mejores resultados. Hay estudios que contradicen esta teoría.
- Fallas de los docentes. Como en todos los oficios y profesiones, hay maestros buenos y malos. La claridad para transmitir conocimiento, el trato hacia el niño y el manejo de grupo de un profesor hace que los resultados de sus alumnos sean mejores o peores. No obstante, se la podría considerar como una condición secundaria, ya que no basta por sí sola para provocar el fracaso escolar de una persona.
Factores condicionantes
Además de las causas presentadas con anterioridad, también hay otros agentes que inciden en el correcto desarrollo del proceso educativo. Primero, podemos considerar las condiciones emocionales que un niño desarrolla. Aquí se incluyen las relaciones interpersonales (con la familia y sus pares), el equilibro emocional y la contención proporcionada. Asimismo, también influye el modo en que se impulsa el éxito educativo desde el seno familiar. Como padres, es necesario dar el ejemplo, acompañarlo en esta etapa, ser empáticos y valorar sus logros. Los niños deben saber que el colegio no es «una pérdida de tiempo» como todos lo hemos pensado alguna vez. Por el contrario, demuéstrales como los ayudará a planificar un futuro mejor.
Otra lección que los padres debemos aprender es no medir el aprendizaje en base a resultados de exámenes. El colegio es mucho más que eso: es aprender a convivir, socializar, razonar y solucionar problemas. Debemos percibir la educación como algo integral, no como un número estadístico. En último lugar, algo que indudablemente juega su papel son las condiciones socioeconómicas en las que la educación se da. Existe una relación muy estrecha entre el nivel de pobreza de una comunidad y el éxito educativo de sus infantes.