Las mamás que trabajan desde sus hogares tienen un enorme reto: atender a su familia y ser también productivas en lo personal/profesional. Pareciera ser el trabajo ideal de toda mujer, no tener que salir de su casa para perder tiempo en viaje de ida y vuelta y estar en una oficina sin saber realmente cómo están sus hijos, o simplemente, perderse de estar con ellos cerca. Sin embargo, para que la situación funcione realmente, debe existir una planificación y una organización. Se trata de una tarea compleja y requiere de mucha disciplina.
Es difícil no terminar distrayéndose con los chicos, los vecinos, amigos/as que se contacten, otras mamás del colegio, las redes sociales y la organización de la casa. Esto último ya es una gran responsabilidad que se duplica con la producción laboral. Es imprescindible establecer metas y estrategias para enfocarse en todas las tareas.
Consejos de gran utilidad
Lo mejor que podés hacer para mantener cada tarea al día, es distribuir el tiempo para cada una de ellas. Generá un horario en vez de esperar que llegue un momento de inspiración. Asigná a todas tus labores un lapso sensato para que puedas empezar a trazarte metas diarias. La libertad es muy dura, y viene acompañada de la mala gestión del tiempo, el sedentarismo, la ansiedad, la apatía, el miedo y la tendencia a dejar para mañana (o más tarde) lo que se puede hoy (o ahora mismo).
Parece una obviedad, pero ¿quien no ha caído en esta “trampa” mas de una vez? : no es bueno jugar con tus hijos mientras trabajás o trabajar mientras jugás con ellos. Cuando combinás 2 actividades que no tienen relación alguna entre sí, terminás desenfocándote de ambas y en ambas se perderá la calidad. Así como cuando estando en la oficina, uno de concentra en una tarea específica y en un horario, lo mismo hay que aplicar en el hogar y no permitir distracciones. Para eso, hay que enseñarles a nuestros hijos a que aprendan a respetar nuestro momento o tiempo laboral.
Ya sea con actividades laborales o con el cuidado del hogar, corrés el riesgo de asumir demasiadas responsabilidades. La familia es un equipo de trabajo que debe complementarse y sostener a cada miembro del grupo. Tené bien en claro las prioridades, cuidáte vos misma y aprendé a delegar tareas.
Si la carga laboral es muy exigente, o requiere de mucha cocentración y un horario extenso, hay que sí o sí recurrir a una niñera o al apoyo de alguien de la familia. Muchas mamás que trabajan desde sus hogares optan por contratar a alguien que las asista en el cuidado de los pequeños, sobre todo cuando los chiquitos tienen menos de 2 años de edad. Además, cuando veas que tenés un deber muy difícil o demandante por terminar, conviene acudir a un grupo de ayuda. Si una no lo tiene, es bueno poder armarlo junto con otras madres que se encuentren en la misma situación y, así apoyarse mutuamente.
Cuando les des a tus hijos una hora de tiempo de calidad, tendrás mucho más tiempo para tu trabajo. Un niño feliz será capaz de explorar y de crear libremente con las herramientas que le brindás. Cuando les proporcionás los medios para divertirse y entretenerse por sí mismos, no te interrumpirán. Proponéles pequeños proyectos artísticos y, hasta algún oficio del hogar.
Al planificar la agenda diaria, ubicá los trabajos más complejos en las horas de siesta de tus hijos. Será un momento en el que podrás concentrarte y dedicar todo tu esfuerzo en una sola actividad. Cuando los chicos están despiertos, podés realizar las tareas que sean más “mecánicas” y que no requieren de mucho trabajo cognitivo.
Aunque estés con tus hijos, una niñera, y en contacto on-line con compañeros de trabajo (si los tenés y no es un trabajo solitario), es necesario “cortar” con el clima y ámbito “hogareño” por un rato. Toda persona es un ser social que necesita relacionarse con otros para desempeñarse mejor. Dentro del horario que te planifiques, dedicá algo de tiempo a la distracción, aunque esto sea simplemente, tomar un café afuera, en una confitería. Es increíble lo sano que resulta esta práctica cuando se trata de disminuir el estrés.
Una persona cansada y de mal humor difícilmente realizará su trabajo de la forma apropiada. Antes de iniciar cada jornada laboral y familiar, aseguráte de haber descansado lo suficiente la noche anterior. La falta de un buen descanso ocasiona que las mamás que trabajan en y desde sus hogares, se sientan agotadas física y mentalmente y pueden, incluso, enfermarse. Una mamá emprendedora también debe saber cuándo es tiempo de recargar sus baterías.
Aunque es difícil separar el perfil profesional de los quehaceres de madre, todo es posible. Las claves son la disciplina y la gestión apropiada del tiempo. Cuidá siempre de tu propio bienestar para llegar a ser una trabajadora o profesional feliz y una mamá contenta y alegre por contar con el tiempo que deseás para estar con tus chicos.
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