Consejos para elegir la niñera de nuestros hijos

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Destinar el cuidado de nuestros niños en otra persona es una tarea que no debe tomarse a la ligera y suele resultar muy estresante. A la hora de seleccionar una niñera para que trabaje ya sea de forma permanente o de vez en cuando por algunas horas semanales, que colme nuestras expectativas y resulte de total confianza, se aconsejan seguir ciertas pautas en el momento de la entrevista para luego poder tomar la decisión final con traquilidad y seguridad.

Lo primero a tomar en cuenta es que sea de absoluta y total confianza. Que sea educada, seria y responsable en el manejo de  la casa.Que idealmente haya trabajado con conocidos. Que tenga experiencia previa en el cuidado de bebés. Que tenga buen trato con todos los que viven en la casa. Que sea higiénica y ordenada. Que normalmente esté de buen humor, alegre. Que tenga sentido lúdico para que juegue con el  bebé, es importante saber que el bebé estará estimulado. Que esté dispuesta a pasearlo, llevarlo a la plaza o a jugar. Que no se acostumbre a faltar o a llegar tarde.
Para llevar adelante la tarea de la elección y evitar errores que pueden ser graves, es fundamental contar con varios días e incluso semanas para dedicarse a la búsqueda y no caer en una selección superficial y apresurada. Siempre es mejor comenzar entrevistando personas recomendadas por otras personas, especialmente otras madres, que conozcan su desempeño en el cuidado de niños. Cuando esté frente a nosotras una candidata no hay que olvidarse de solicitar referencias ya que de éstas obtendremos información clave para evaluarla de forma apropiada.
También es importante tener en cuenta la edad de la niñera. No es conveniente que sea demasiado joven porque la falta de experiencia es, en este caso, una desventaja difícil de saldar. Contartarse con candidatas que ya puedan probar su experiencia como niñera e incluso, como maestra jardinera , para que a la hora de quedarse con los niños sepa como interactuar con ellos. Por otra parte, tampoco conviene que sean personas muy mayores, ya que la tarea de cuidar chicos pequeños (poder levantarlos, correr, etc) será dificultosa y no contarán con la energía y vitalidad necesaria para seguirles el ritmo.
Su higiene personal y su lenguaje corporal no son detalles menores puesto que tendrá contacto directo con nuestros hijos. Fundamentalmente, hay que prestar atención a su modo de hablar, su presencia y su carácter. Recuerda que los chicos aprenden e imitan a quienes los cuidan y pasan tiempo con ellos.
No guardarse ninguna duda. Preguntarle abiertamente todo lo que necesitemos saber. Tenemos que quedarnos tranquilas y poder brindarle toda nuestra confianza desde el primer día. Por otra parte, la futura posible candidata tiene que demostrar que es confiable en cuanto al desenvolvimiento general de la casa: que no atienda a desconocidos, que no vea televisión o hable por celular permanentemente en horarios de trabajo, y que se maneje correctamente cuando salga con el bebé o chiquito.
Si la niñera también va a encargarse de la limpieza de la casa, hay que tener presente que probablemente haya que renunciar a la empleada doméstica. Es más importante estar segura de que la niñera va a cuidar bien al bebé a tener los pisos lustrados.
Período de prueba
Hay que obedecer a nuestra intuición pero también hay que observar a los chicos y observar sus reacciones. A veces, una niñera puede resultarnos ideal pero los chicos no le tienen agrado por no haber “conectado” con ellos. Hay que entrenar a la niñera por un cierto período. En ese tiempo, debemos mostrarle y enseñarle todo lo que deberá saber para comprender las necesidades de nuestros hijos.
Una buena iniciativa consiste en que nos siga en las tareas diarias con los chicos y poco a poco, comenzar a delegarle funciones como el cambio de pañales, la toma de la mamadera, las comidas, cambio de ropa, etc.
Hay que probar el dejar a solas a la niñera con nuestros hijos en la casa, primero estando nosotras presentes y luego, realizando salidas cortas, de aproximadamente 1 hora. Estas actividades son las que nos garantizan que dejaremos a los pequeños en buenas manos cuando tengamos que ausentarnos por mucho más tiempo.
Si bien nadie cuidará a nuestros hijos como lo hacemos nosotros, es primordial sentirnos seguros de quien tendrá la responsabilidad de reemplazarnos. Esto garantizará el crecimiento de los niños en óptimas condiciones y en equilibrio físico, psicológico, emocional y social y al mismo tiempo, nosotras podremos salir a trabajar y cumplir con las obligaciones cotidianas sin que nuestra mente esté inquieta y con permanentes dudas.
Admin

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