La convivencia en el aula es fundamental para que el proceso de aprendizaje del estudiante sea efectivo; esta involucra aspectos sociales, culturales y afectivos que influyen en el crecimiento personal y social del niño.
La escuela es un lugar repleto de niños en el que se hacen amigos, se obtienen enseñanzas, valores, etc. En ella, la convivencia en el aula puede ser algo tremendamente positivo para todos los alumnos que concurren. Generalmente, los pequeños quieren divertirse con sus compañeros en las aulas de clase, en el patio del recreo y en los gimnasios escolares o campos de deporte. Todas estas actividades deben estar bajo la supervisión del docente para que en ellas prevalezcan los valores y la buena convivencia. Los maestros y/o profesores son los encargados de que la convivencia en el aula sea efectiva y esté llena de valores que fortalezcan de manera positiva el carácter de los niños. Un aula en donde reine la paz siempre será el mejor lugar para aprender; sus alumnos/as, son la prueba del mejor resultado.
Algunas preguntas importantes en este sentido serían: ¿Cómo el docente puede lograr una buena convivencia en el aula? ¿Cuáles estrategias se deben utilizar? ¿Qué se necesita para ser un maestro motivador?
Es importante que dentro del aula de clases existan algunas normas o acuerdos de convivencia que ayuden al docente a manejar cualquier situación que se pueda presentar. Esta es una de las herramientas más relevantes y utilizadas; con su ayuda, el salón puede permanecer en plena paz, armonía y tranquilidad. Cada docente debe idear sus normas o acuerdos de convivencia en el aula en conjunto con sus estudiantes.Con estos parámetros acordados en colectivo, se respetan no solo los intereses del docente, sino también los de los niños. Se necesita mucha flexibilidad de pensamiento y también tener en cuenta que los niños todo lo ven de de una manera divertida, como si se tratara de un gran juego. Con mucho tacto e inculcando valores a los pequeños, se debe canalizar la diversión de una manera sana y respetuosa.
En los acuerdos de convivencia del aula siempre es bueno empezar por cosas sencillas. Por ejemplo, actividades y hábitos mutuamente acordados fomentados en valores como los que describiremos a continuación.
Más que una norma de convivencia, esta sería una regla de comunicación. Siempre es bueno fomentar el respeto a la palabra del compañero y a sus ideas.
Es importante mantener el aula de clases ordenada, limpia y dejarla diariamente mejor que como se encontró.
Esta aplica tanto en comportamiento como académicamente. Los estudiantes deben entender que están allí para aprender y que deben esforzarse por ello. Por lo tanto, deben ayudar a sus maestros en las actividades. Además, es bueno involucrar a los estudiantes a las actividades que se planifican. De esta manera, ellos se sienten importantes y valerosos en el proceso educativo.
Es difícil, tanto para el docente como para el niño, pero es muy importante que ambos reconozcan cuando se equivocan y traten de solucionar los problemas de la mejor manera posible.
Hay que fomentar el respeto hacia todo aquel que hace vida en la institución; también por lo material, es decir, las pertenencias de sus compañeros.
El respeto hacia la persona es fundamental en el aula de clases, es indiscutible. Evitar las burlas y los malos comentarios hacia los demás es, por ende, esencial.
Trabajar en sana paz y tranquilidad es la idea de un buen aula de clases. Eliminar los juegos que atraigan la violencia es fundamental.
Los chicos deben ayudar a sus compañeros por igual, tendiéndoles la mano y apoyándolos cuando más lo necesiten. Esa es la clave de la amistad verdadera.
Planificar actividades fuera y dentro del aula, en las que el estudiante se sienta atraído a participar es positivo. De esta manera, se ponen en práctica todas las normas o acuerdos que tiene el aula. Los docentes deben motivar a sus estudiantes con diferentes estrategias para que su aula tenga un ambiente apropiado. Se pueden utilizar juegos, canciones, debates y talleres que fomenten los valores universales y la buena convivencia. Es muy importante que se mantengan alejados los problemas o conflictos externos al aula de clases. Los estudiantes deben ver ese espacio como un escape, una zona de seguridad.
Educar para una convivencia efectiva suele ser un trabajo duro y en equipo. El docente como motivador y los estudiantes como receptores, logran que el aula de clases se convierta en el refugio que tantos desean.
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