- A partir de los 6 meses: casi no sonríe.
- A partir de los 9 meses: no comunica con sonrisas, expresiones faciales ni sonidos.
- A partir de los 12 meses: no balbucea ni hace gestos para señalar, mostrar o saludar.
- A partir de los 16 meses: no pronuncia palabras.
- A partir de los 24 meses: no articula frases coherentes de dos palabras.
- A cualquier edad: pierde habilidades de habla, balbuceo o sociales.
Cada niño se desarrolla a su propio ritmo, por eso es difícil determinar cuándo aprenderá una destreza en particular. No hay que alarmarse si el ritmo o el momento es diferente al de otros niños. Los médicos necesitarán tiempo para observar los cambios, o la falta de ellos, en los niños y esto puede representar un desafío.
Si el pequeño/a ya cumplió los 3 años de edad, es importante estar atentos a estos sintomas:
- Caídas frecuentes o dificultad usando las escaleras.
- Babeo o problemas con el habla.
- Dificultad para construir una torre de más de cuatro piezas o manipular objetos pequeños.
- No puede copiar un círculo.
- Falta de interés en el juego y no entiende instrucciones simples.
- No se interesa por otros niños.
- Mucha dificultad para separarse de los padres o de quienes se ocupan de su cuidado.
- No hace contacto visual con otras personas.
- Experimenta una pérdida dramática de habilidades que ya había adquirido.
A los 3 años, un niño o niña debe:
- Trepar bien.
- Pasar las hojas de los libros una a la vez.
- Usar oraciones de 4 a 5 palabras.
- Ser capaz de separar objetos por su forma y color.
Es de suma relevancia y primordial consultar con el pediatra cuando estas dudas aparezcan, porque mientras más temprana sea la intervención, mejores serán los resultados del tratamiento.