Una posible pérdida auditiva es más difícil de identificar en niños mayores, cuyas habilidades del habla ya están desarrolladas. Los padres pueden observar signos que indiquen una posible pérdida de audición en niños que frecuentemente pueden ocurrir por diversos factores ya sean de índole biológica o del entorno.
Un chiquito puede estar en mayor riesgo de pérdida de audición si él o ella:
- Nació prematuramente.
- Permaneció en la unidad de cuidados intensivos neonatales.
- Recibió medicamentos que pueden conducir a la pérdida de la audición.
- Tuvo complicaciones al nacer.
- Tuvo frecuentes infecciones de oído con infecciones como meningitis o citomegalovirus.
Existen ciertas que pueden colaborar para detectar una posible pérdida auditiva adquirida en niños más pequeños:
- Su hijo parece escuchar bien algunas veces y luego no responde en otros momentos.
- Su hijo pide que el volumen del televisor esté más alto que lo que Ud. considera normal.
- Su hijo dice “¿Qué?” a menudo.
- Su hijo mueve un oído hacia adelante cuando escucha, o se queja de que sólo puede escuchar con su “buen oído”.
- Las calificaciones de su hijo disminuyen o su maestro observa que no parecen escuchar o responder tan bien en el aula como otros niños.
- Su hijo dice que no lo oyeron. Esto puede parecer obvio, pero muchos padres asumen que sus hijos no están prestando atención cuando en realidad puede haber una pérdida de audición no identificada.
- Parece que su hijo simplemente no está prestando atención.
- Su hijo comienza a hablar más fuerte que antes.
- Si su hijo lo mira intensamente cuando habla con ellos, como si se estuviera concentrando, es posible que dependan más de señales visuales para interpretar el habla.
Si existe alguna sospecha , por mínima que ésta sea, siempre hay que que acudir al pediatra, quien usualmente , da una orden médica para que al chiquito le realicen una evaluación auditiva.
Las señales que pueden dar aquellos chiquitos que aún no han cumplido el año y medio de vida sueen ser:
- La mayoría de los recién nacidos se sobresaltan o “saltan” a los ruidos fuertes y repentinos.
- A los 3 meses, un bebé generalmente reconoce la voz de un padre.
- A los 6 meses, un bebé generalmente puede girar sus ojos o dirigirse hacia un sonido.
- A los 12 meses, un niño generalmente puede imitar algunos sonidos y producir algunas palabras, como “mamá” “papa” o “chau”.