Lograr identificar si nuestro hijo o hija tiene alergia a un alimento o comida específica es un proceso gradual que requiere mucha atención. Este proceso arranca cuando los chiquitos empiezan a ingerir alimentos semi-blandos, y es necesario estar pendientes y vigilar muy de cerca las reacciones que presentan ya desde que son bebés. Lo más aconsejable es ir paso a paso e ir introduciendo nuevos alimentos de a poco. Si le damos tres de una sola vez y se presenta alergia a una comida, no sabremos cuál de éstas fue la que desencadenó la reacción.
Hay más de 160 comidas que contienen sustancias alergénicas, pero algunas lo son en mayor grado que otras.
Las que suelen causar alergia con mayor frecuencia son:
- Leche
- Huevos
- Maní
- Frutos secos
- Pescado
- Mariscos
- Soya
- Trigo
Los síntomas más comunes de una alergia a una comida suelen ser:
- Ronchas o urticaria
- Enrojecimiento en la piel y erupciones alrededor de la boca y los ojos. En muchos casos, este síntoma se extiende a lo largo de todo el cuerpo.
- Inflamación en el rostro, en la lengua o en los labios
- Vómito o diarrea
- Dificultad para respirar
- Pérdida de conciencia
- Picazón en la boca o en la garganta
- Congestión o taponamiento en la nariz, ojos llorosos y estornudos frecuentes.
Los síntomas de una alergia severa (o anafilaxis) son:
Antes que nada, es importante aclarar que ante cualquier de los siguientes síntomas, es primordial y fundamental acudir al médico de manera inmediata.
- Dificultades u obstrucciones a nivel del sistema respiratorio. La reacción puede ser similar a la sensación de un ataque severo de asma.
- Inflamación de la lengua y la garganta, lo que bloquea las vías respiratorias. Esto puede evidenciarse en la respiración ruidosa y agitada, la tos o los cambios bruscos en la voz.
- Caídas repentinas en la presión sanguínea (episodio que también se conoce como hipotensión). En algunos casos esta situación se convierte en un shock.
- Mareos, confusión, colapso o pérdida de la conciencia, y en el peor de los casos, puede presentarse un estado de coma.
En muchos casos, las alergias a los alimentos no son tan fáciles de percibir, especialmente cuando aparecen de una forma tardía. Son reacciones que comprometen el sistema inmunológico en zonas en que la respuesta se da después de tiempo prolongado. El resultado de lo anterior es que se vuelve más difícil identificar cuál es el alimento que ha desencadenado la alergia. Las alergias retardadas en los niños pueden causar síntomas crónicos como el eczema, el reflujo, los dolores abdominales, dificultades en el crecimiento, diarrea y estreñimiento.
Consejos para que la alergia a una comida no se convierta en un problema mayor
- Enfocarse en lo que sí pueden comer. Aunque debamos suprimir algún alimento de la dieta de nuestros hijos, hay muchos otros con los que podemos compensar la carga nutricional. Hay que informarse sobre las propiedades nutricionales que es necesario sustituir cuando hay una alergia.
- Comunicar la situación en la escuela. Muchas de las actividades que se realizan en las escuelas y jardines de niños implican la interacción con alimentos. Para evitar incidentes en ese sentido, debemos informar a tiempo sobre la condición alérgica.
- Revisar bien la composición de los alimentos. Muchas de las comidas que causan alergias están camufladas en muchos alimentos. En primer momento puede parecer una tarea complicada pero luego se volverá algo automático tanto para nosotros como para nuestro hijo.
- Ser precavidos/as a la hora de comer fuera de casa. Si vamos a un restaurante en familia, hay que asegurarse de preguntar y verificar que no haya sustancias alergénicas en los alimentos que nuetros hijos consumen. Hay que recordar que los conservantes y aditivos de muchos alimentos también pueden causar reacciones alérgicas.
- Enseñarles a nuestros hijos a cuidar su salud y tomar precauciones. Tan pronto como tus hijos tengan la noción de elegir lo que comen, debemos empezar a reforzar ese instinto de autocuidado. Hay que hacer que los chicos sepan que comer determinado alimento puede causar síntomas desagradables en sus organismos que pueden evitarse fácilmente.