Cada etapa en la vida de los niños/as puede verse invadida por algunos temores. Los mismos irán evolucionando de manera gradual durante el transcurso del tiempo. En una etapa pueden tener miedo a ruidos fuertes, a que la mamá no se encuentre a la vista, a las tormentas y truenos, luego les puede dar miedo a estar solos, luego tener temor a la oscuridad y no poder dormirse sin tener una luz encendida, más adelante, miedo a personas ajenas al círculo familiar, a los fantasmas o monstruos, a la muerte, a ciertos animales y así sucesivamente.
Los miedos infantiles, son en cierta medida, sanos para el niño/a ya que ofrecen la oportunidad de brindar las herramientas necesarias para enfrentar diferentes situaciones cotidianas. Son las emociones que expresan los chicos/as cuando sienten que enfrentan una situación peligrosa, ya sea real o imaginaria. Dependiendo de la edad del menor, puede manifestar temor a aquello que les resulta desconocido o extraño, sin importar si conlleva o no un peligro real. Ya sean estímulos reales o imaginarios, los niños pueden ser afectados por estos sentimientos debido a que están cargados de cierta intensidad, produciendo una sensación de temor.
Sin embargo, existen algunos miedos que pueden transformarse en patológicos y pasarían a denominarse “fobias”. Las fobias tienen una carga excesiva emocional e imposibilitan el normal desarrollo de la vida diaria del niño, ya que constituyen una fuente de sufrimiento constante. En estos casos, si estos miedos aumentan en intensidad y se prolongan en el tiempo, es necesario consultar con un especialista.
Típicos miedos infantiles:
La comunicación es la herramienta principal para borrar los temores. Y hay que dejar que los chicos/as expresen libremente sus miedos. También hay que brindar contención y acompañamiento.La presencia de los padres otorga valor y fuerza al niño y seguridad en ese contexto temeroso. Es interesante poder compartir con los niños los temores que los adultos tenían durante su infancia y el modo en que lo fueron superando. Otra herramienta muy eficaz es utilizar el juego para ir hablando acerca de sus temores y representarlos a través de lo lúdico. Por ejemplo, si un niño tiene temor a la oscuridad se puede jugar durante el día a que es de noche y mostrarle al niño que nada malo sucede en la oscuridad.
Como papás, debemos desarrollar funciones y mecanismos para brindar al chiquito tranquilidad, confianza y seguridad tanto para sí mismo como para su entorno, utilizando como herramientas básicas: la comunicación, la contención, el cariño, el juego y la paciencia.
¿Cómo le enseñamos a nuestro hijo a ser responsable? Enseñarle a nuestro hijo a ser…
Señales para detectar el bullying escolar El bullying escolar consiste en maltratar, humillar y agredir…
Cuidados previos al embarazo Antes de comenzar con la búsqueda de un bebé, existen varios…
¿En qué consiste el parto respetado? El parto humanizado o respetado valora el protagonismo de…
20 Consejos para padres primerizos Si tuviéramos que enumerar los consejos prácticos para padres primerizos,…
Cómo manejar los caprichos en los niños Los berrinches y caprichos corresponden a una etapa normal del…
Esta web usa cookies.