El aburrimiento anima al niño a explorar su lado creativo, razón por la que hay que enseñarle a lidiar con el hecho de aburrirse para que aprendan a usar su tiempo de la mejor manera. Es necesario estimular a los niños a que sean dinámicos para enfrentar el aburrimiento. Buscar una forma optimista de resolver esta circunstancia los hará pensar y será un reto para su imaginación.
Cuando nuestro hijo dice “estoy aburrido”, no son pocos los papás que empiezan a correr de una lado a otro buscando cualquier tipo de entretenimiento con tal de evitar el llanto o berrinche del niño. Por otra parte, otros papás permanecen impávidos ante la demanda del niño.
Complacer a los niños con cosas que incluso pueden resultar muy caras para la economía familiar es un error. Darles todo lo que ellos exigen los hará ser más dependientes de uno y es altamente probable que como padres, terminemos exhaustos, tensionados o enojados al ver que todas las opiniones u opciones no les gustan para nada a nuestro hijo/a.
La mejor respuesta cuando el niño manifiesta sentirse aburrido es dejar que ellos tomen la iniciativa de cambiar esa situación. El niño al sentirse aburrido será capaz de conseguir por sus propios medios algo que lo estimule. Esto les dará la oportunidad de pensar por su propia cuenta, en vez de esperar que otro le solucione el problema. Estarán más abiertos a nuevas ideas, se harán más independientes y autosuficientes. Además, les permitirá explotar sus habilidades creativas y su imaginación y les enseñará a organizar el tiempo libre cuando lo tengan disponible.
Un niño que se siente aburrido tiene ante sí un mundo nuevo de alternativas por descubrir. Estas pueden ser: una nueva diversión o un aspecto de su personalidad, algo que lo entretendrá, lo satisfará y levantará su autoestima claramente. Finalmente, llevar a la práctica estas recomendaciones permitirá que nuestros hijos aprendan a usar bien su tiempo libre. No olvidemos que aburrirse de vez en cuando predispone la mente a la imaginación y abre el camino hacia la creatividad.
Igualmente, es bueno poder estimular a nuestro hijo a buscar una solución para lidiar con el aburrimiento. Los niños necesitan ese tiempo para soñar despiertos y contemplar el entorno que los rodea con tranquilidad.
Decir “estoy aburrido” no es más que una llamada de atención del niño hacia sí mismo. En realidad, ellos no tienen motivos sólidos para sentirse aburridos. El aburrimiento puede transformarse en una ocasión especial para hacer algo para lo que normalmente no hay tiempo, como por ejemplo preparar una deliciosa receta de muffins, una torta, lavar el auto, limpiar la vereda o patio de la casa, regar las plantas o pasear al perro, entre otros. Cosas simples como hablar o hacer algo de deporte son algunas ideas que pueden considerarse.
- Estar conectados a internet da a los niños la posibilidad de integrar dos factores muy importantes para su desarrollo, la educación y la tecnología. Como papás, podemos enseñarles a elegir contenidos didácticos, entretenidos y productivos. Esta elección les va permitir divertirse al tiempo que aprenden cosas diferentes.
- Está comprobado que dibujar y pintar ayuda a la mente a poner fin a situaciones de tensión y da rienda suelta a la creatividad. Además, contribuye a mejorar el estado de ánimo y relaja la mente.
- Los juegos de mesa como el ajedrez, el juego de damas, el ludo, el monopoli o el dominó, o bien cantar, escuchar música, bailar, ensayar coreografías grupales y jugar en sitios abiertos son algunas alternativas. Estas opciones permiten que los niños estén activos mental y físicamente, a la vez que experimentan lo que es trabajar y divertirse en grupo. Estas actividades brindan un momento único para estar en compañía de seres queridos o entablar nuevas amistades.
- Salir de la casa: ir al parque o una plaza, pasear incluso por shoppings, caminar por las calles de la ciudad, andar en bicicleta o respirar otro ambiente; todo ello ayuda a olvidar la sensación de aburrimiento. Salir a la calle es una alternativa distinta, y siempre aporta inspiración.