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Cómo impacta el embarazo en las emociones de la familia

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Dar lugar en el cuerpo a la gestación de otro ser humano impacta a nivel físico y psicológico. Las emociones que se vivencian frente a cada embarazo son diversas, ya que la singularidad de cada mujer se pondrá en juego en esta etapa de su vida. Su deseo, su propia historia familiar, la relación con su pareja, sus miedos, la relación con su cuerpo, etc.

El embarazo suele traer sentimientos de alegría y plenitud, pero también se manifietsan temores, dudas y ansiedad. El imperativo de “sentirse feliz” es lo que muchas veces genera mayor presión y sentimientos de culpa. No todas las mujeres se permiten manifestar sus sentimientos creyendo que no deberían sentir inseguridad o dudas. Dar lugar en el cuerpo a la gestación de otro ser humano impacta a nivel físico y psicológico. La realidad es que en este período existen contradicciones y temores, se experimentan importantes cambios hormonales que repercuten en el estado de ánimo generando mayor sensibilidad o irritabilidad.

El miedo más frecuente está relacionado con la incertidumbre sobre lo que está por venir. Es normal que los seres humanos sintamos miedo frente a aquello que no conocemos o no controlamos. También se presentan temores con respecto a los cambios corporales, la salud del bebé, el parto, la lactancia, a no ser una buena madre, miedo a no quererlo tanto como a otros hijos, el cambio en la relación de pareja, la organización y la economía familiar, miedo a la reincorporación en el trabajo cumplida la licencia por maternidad (o el no deseo de volver a ese trabajo), a la reacción de otros hijos frente al nuevo embarazo, etc. Todos estos miedos (y varios más), generan ansiedad y preocupación. Es necesario enetender que todas estas emociones son normales y tratar de hablar de ello para que no influya negativamente tanto en lo físico como en lo psicológico.

La tarea fundamental del padre es acompañar a la mujer en este proceso, brindando contención y cariño pero también expresando sus propios sentimientos, de modo que la pareja pueda transitar esta etapa identificándose y también entendiendo qué siente cada uno. Si establecen este tipo de comunicación, lo más probable es que ambos estén tranquilos y puedan disfrutar más del momento. En los casos en que una mujer no tenga el apoyo de su pareja por el motivo que fuera, es aconsejable que cuente con personas que la acompañen y contengan tanto en esta etapa como posteriormente. Por otra parte, es imprescindible tener una buena relación con el médico obstetra, que permita dejear dudas y, sobre todo, que nos inspire mucha confianza.

Los hermanos

Cuando un niño pasa de ser hijo único a hermano mayor, puede transitar diferentes sentimientos. Y todo depende también de la edad que tenga ese primer hijo que tuvimos. En ocasiones, los niños expresan alegría, mostrándose entusiasmados y contentos frente a la llegada de ese nuevo bebé. Pero, también pueden sentir su espacio “amenazado” o bien sentirse temerosos frente a lo nuevo. No es extraño que se observen ciertos cambios en su conducta, regresiones, modificaciones en su comportamiento, como llamados de atención. Es importante que los papás den herramientas para que el niños pueda hacerse a la idea que ser el más grande será otro lugar, pero que no estará perdiendo “su” lugar en la familia. Siempre es bueno tratar de incluir a los hermanos mayores en tareas que puedan acercarlo a ese bebé, al nuevo integrante de la familia. Implicarlos en tareas como ayudar a elegir el nombre, los objetos que necesitará el recién nacido, la decoración del dormitorio, cierta ropita, etc. La llegada de un nuevo integrante es un proceso para todala familia, lleva tiempo y , lo esperable es que sea un proceso de adaptación, con ambivalencias afectivas, tanto para los chicos como para los adultos. Como papás, habrá que estar atentos a sus emociones, facilitando el diálogo para que pueda expresar bien qué es lo que siente. Tomarse el tiempo para propiciar la comuicación es fundamental para aliviar los sentimientos hostiles o la ansiedad que pudiera estar experimentando. De esta manera, el nacimiento de un hermano no será vivido como una pérdida sino como un cambio que le sigue garantizando al niño sentirse único e irrepetible en la familia.