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¿Cómo evoluciona la placenta en el embarazo?

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La placenta es un órgano fundamental, que permite la conexión vital entre la madre y el bebé. Además, es el medio para que el pequeño pueda recibir todos los nutrientes y se desarrolle correctamente. Cuando la mujer tiene la placenta normoinsertaquiere decir que está correctamente ubicada y que se desplazará sin ningún tipo de problema durante el embarazo.

La evolución de la placenta en el embarazo inicia con la implantación del embrión, cuando las células trofoblásticas penetran en los vasos sanguíneos del útero y establecen una conexión entre el organismo de la madre y el bebé. Es normal que, a medida que avanzan las semanas del embarazo, la placenta comience a subir progresivamente hasta que deja totalmente libre la abertura del cuello del útero. De este modo, el bebé podrá salir en el momento del parto. Durante el proceso de gestación, la placenta pasa por varios procesos de madurez; estos se podrán comprobar a través de ecografías.

La placenta está formada por un componente materno llamado “la placa corial” y otro fetal, que tiene como nombre “la placa basal”. La primera está constituida por epitelio amniótico, y una membrana conjuntiva formada por el eje de los troncos vellositarios de primer orden. En cuanto a la segunda, está constituida por restos de sinciciotrofoblasto y citotrofoblasto, además por la capa fibrinoide de nitabuch. Entre las dos placas, se encuentra el espacio intervelloso, que contiene en su interior las vellosidades coriales y que están constituidas en un principio por tejido trofoblástico, que se convertirá en la placenta. En exactitud, la placenta normoinserta, se encuentra en la parte posterior del útero.

Etapas de la evolución de la placenta en el embarazo:

  • Grado 0: Este es el grado más joven de la placenta, corresponde a los dos primeros trimestres del embarazo. Se caracteriza principalmente porque la placa corial (cerca del feto) es igual que la placa basal (cerca del útero).
  • Grado I: A partir de la semana 31, se comienzan a observar calcificaciones en la placa corial; a esta altura, la placenta no es tan homogénea.
  • Grado II: Desde la semana 36 y hasta el final del proceso de gestación, la placenta es irregular. Esto se debe a los depósitos de calcio, a que la capa basal parece estar separada del miometrio y a que la capa coriónica es ondulada y discontinua.
  • Grado III: En esta fase, la placenta está envejecida o calcificada totalmente.

El desprendimiento prematuro de la placenta normoinserta

Se le conoce como el desprendimiento prematuro de la placenta normoinserta (DPPNI), cuando ocurre el desprendimiento de la placenta del útero antes de cumplidas las 20 semanas del embarazo y antes del tercer periodo durante el parto. Esta patología puede manifestarse a través de una hemorragia externa, pero según indica el portal de medicina, Multidoctores, también se puede presentar una hemorragia oculta, debido a que la sangre queda retenida entre la placenta desprendida y el útero.

Entre los signos más frecuentes del desprendimiento prematuro de la placenta normoinserta, tenemos la hemorragia vaginal, la cual no suele ser tan abundante como en el caso de placenta previa.

Los principales factores de riesgo para esta condición son:

  • Tabaquismo.
  • Leiomiomas.
  • Traumatismos.
  • Edad materna.
  • Multiparidad.
  • Hipertensión.
  • Preeclampsia.
  • Cesárea anterior.
  • Corioamnionitis.
  • Diátesis hemorrágica.
  • Trastornos tromboembólicos.
  • Hematoma retroplacentario.
  • Apoplejía uteroplacentaria.
  • Degeneración deciduo-placentaria precoz.
  • Rotura prematura de membranas pretérmino.

Entre los síntomas más comunes encontramos la hemorragia vaginal y contracciones dolorosas. Generalmente, la magnitud del sangrado dependerá de la cantidad de placenta que se haya desprendido, pero, puede que la sangre que se acumula permanezca entre la placenta y la pared uterina, lo que se denomina hemorragia oculta.

Entre las otras señales encontramos:

  • Si la separación es leve, puede ocurrir un pequeño sangrado acompañado de cólicos.
  • Al ser una separación moderada, puede ocurrir un sangrado más abundante. Los cólicos y el dolor abdominal serán más intensos.
  • Si más de la mitad de la placenta se desprende, puede experimentarse un dolor abdominal y sangrado abundante. También podrían ocurrir contracciones y el bebé podría ejercer movimientos fuera de lo normal.

En resumen, la evolución de la placenta en el embarazo, comienza en la segunda semana,​ y evoluciona hasta el tercer-cuarto mes, cuando ya está totalmente formada y diferenciada, aunque sufre algunos cambios menores hasta el término del embarazo. En definitiva, los grados de madurez de la placenta permiten identificar el momento evolutivo que presenta dicho órgano, el cual se puede apreciar a través de una ecografía. Esta prueba permite analizar si el embarazo se está desarrollando correctamente. En caso de notar señales fuera de lo normal, es fundamental consultar con un especialista.

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