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¿Cómo es el desarrollo cognitivo en la adolescencia?

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La adolescencia es, como todos sabemos, una etapa de profundos cambios en la vida de una persona. Estos no solamente se dan a nivel físico, sino también mental. En cuanto al desarrollo cognitivo, se pueden apreciar en este fase de la vida avances significativos en muchos aspectos. En primer lugar, debemos aclarar que el desarrollo cognitivo en la adolescencia, así como antes el de la niñez, está ligado a las capacidades intelectuales, de percepción y de conocimiento. Otras áreas del desarrollo son la motora, relacionada a los movimientos y habilidades físicas; y la psicológica o emocional, la de los sentimientos.

El adolescente ya ha superado tres etapas de su maduración cognitiva: la sensoriomotriz, la preoperacional y la de operaciones concretas. Desde los 11 años, en tanto, ha ingresado en la etapa de las operaciones formales. En ella, se producen los siguientes cambios significativos en la inteligencia de la persona:

  • Aparece el pensamiento abstracto, que permite diferenciar ideas o sentimientos de casos concretos.
  • Este pensamiento le permite cuestionar sus propias creencias y actitudes, así como también lo lleva a cambiar su forma de percibir el mundo.
  • Ante determinadas situaciones, el adolescente puede tener diferentes interpretaciones. Antes, esto estaba determinado por la explicación que le dieran.
  • La abstracción le permite no solo pensar en el presente, sino también proyectarse en el futuro. Conoce de antemano, por consiguiente, las consecuencias de sus acciones.

Esta maduración que se produce como consecuencia lógica del crecimiento del joven. En él, se produce la aparición de pensamientos que, a su vez, determinan también su manera de ser.

Estos son algunos de ellos:

  • Imaginación e inventiva

La adolescencia suele ser una fase de muchas ideas y un gran entusiasmo para concretarlas. En esta etapa de la vida se da un gran avance en la imaginación. El joven deja de pensar en lo real para analizar también lo posible, lo que “se podría hacer”.

  • Egocentrismo

A esta edad, los adolescentes comienzan a formar una imagen de sí mismos. Se preocupan por su apariencia, su peso, estatura y vestimenta, entre otras cosas. Les molestan, pero también les preocupan en exceso, las críticas de otros. Con los pensamientos, esto también se da. Creen que nadie los comprende, que todo gira en torno a ellos y suelen enfadarse por el “desconocimiento” de sus padres, que están ahí para ayudarlos.

  • Cuestionamientos y discusiones

Relacionado con el punto anterior, el desarrollo cognitivo en la adolescencia favorece la generación de dudas sobre los fundamentos de las autoridades. En este grupo se incluyen sus padres, profesores y tutores. El chico produce sus propios juicios sobre la libertad, igualdad, justicia y otros valores. Entonces, ya no absorbe las verdades tal cual se le presentan, sino que las evalúa y compara con sus propios ideales. Además, los adolescentes tienden a discutir con frecuencia. Es importante, en estos casos, darles el espacio que se merecen tratando, a la vez, que las discusiones queden en lo conceptual y no alcancen un matiz personal.

Al examinar el desarrollo cognitivo en la adolescencia, es central tener en cuenta que se trata de una fase de la vida en la que las relaciones cambian drásticamente. Si bien el propio crecimiento del adolescente es el que marca este proceso, también el ambiente en el que vive juega su papel. El círculo social se expande mucho, quizás demasiado en esta edad. Esto hace que reciba opiniones y se conecte con el pensamiento de muchas personas diferentes entre sí. Por eso,  se dan los cuestionamientos que antes explicábamos. Es imposible que una de las ideas que conozca saliendo del nicho familiar no contraste con lo que él pensaba. Entonces, empezará a darse cuenta que el mundo es muy grande y las formas de verlo son muchísimas. Esta socialización también influye en la construcción de la identidad propia, que se da como resultado de todo lo anterior. A medida que pase el tiempo, el chico definirá sus intereses y se acercará más a aquellas personas con las que comparte más actividades y valores. Estos vínculos de amistad son tan intensos que pueden durar de por vida.

El desarrollo cognitivo en la adolescencia es un proceso muchas veces turbulento, que puede generar malestares y desequilibro emocional. Como padres, sin embargo, debemos saber que de ninguna manera sus actitudes reflejan un sentimiento negativo hacia nosotros. Al contrario, a medida que pasen los años, veremos como nuestro hijo valorará cada vez más todo lo que hacemos por él y nos lo agradecerá de por vida.