Equilibrar la crianza de los hijos y el trabajo desde casa puede parecer abrumador. La madre trabajadora es una especie cada vez más común. Aunque un gran número de mujeres todavía se queda en casa a cuidar de sus hijos.
En los últimos años ha crecido la imagen femenina en muchos puestos de trabajo. La economía las ha obligado, pero también el deseo de independencia y superación personal. Los obstáculos dependen de quién los mire; podemos hablar de que las madres deben llevar vidas bien movidas debido a que deben equilibrar el trabajo con la atención de los niños y el hogar. En este caso, deben lidiar con el quehacer del hogar, la escuela, la comida, el cuidado de los niños, pero al mismo tiempo deben ocuparse de su entorno laboral.
Una realidad que a muchos puede asombrar es que, más de la mitad de las madres consideran que de hecho los obstáculos son los hijos. Es decir, estas madres creen que son los niños el impedimento para desarrollarse laboralmente. Al respecto, aunque las madres aman a sus hijos, creen que sin ellos su situación profesional podría ser mejor. O que tendrían más oportunidades de trabajar. En tal caso, no se trata de desamor, pero ellas están conscientes de que sin niños sería diferente. Es así como, la carrera de obstáculos comienza en realidad cuando la mujer tiene hijos y un trabajo. Hablamos en esta oportunidad de los retos que debe enfrentar a diario la madre trabajadora. El verdadero desafío es justamente equilibrar la crianza de los hijos y el trabajo. Atender equitativamente a todas las funciones que le corresponden.
Para una madre que sale a trabajar a diario, le resulta complicado cosas simples como peinarse; si lo miramos desde esta perspectiva, entonces comprendemos que los obstáculos son aquellas situaciones que deben solucionarse de manera obligatoria y que se van presentando a medida que el tiempo apremia. Por ejemplo, si disponemos de una hora en la mañana para salir a trabajar, debemos considerar que los niños deben arreglarse, desayunar y ser atendidos en la mayoría de sus acciones.
Si acaso hablamos de bebés que no van a la escuela, igual requieren atención, además es preciso que estén bajo el cuidado de luna persona calificada y responsable. Tan solo considerando los traslados, las mochilas y los deberes, estamos hablando de varias ocupaciones y un breve espacio de tiempo, el cual hasta ahora no ha sido empleado en cosas de trabajo. Es decir, que aún le falta por ocuparse de otros desafíos, los cuales no terminan sino hasta que el último miembro de la casa esté dormido.
Por si fuera poco, existe un obstáculo adicional que sortear y que no se sabe cuándo va a aparecer: las consecuencias de esta vida ajetreada. Estudios serios revelan que a los niños en parte les afecta que sus madres estén en la calle trabajando. Muchos detalles llegan a notarse, ya que los chicos pasan mucho tiempo en la calle, con actividades diversas y cargo de personas que no son sus padres. Cuando tienen edad para ser independientes, pasan horas del día solos en sus casas haciendo quién sabe qué.
En tal sentido, en ocasiones la culpa puede embargar a las madres, quienes podrían llegar a ver el deterioro en la relación familiar y en la calidad de vida de sus hijos, debido a que sus responsabilidades les impiden hacerse cargo en la totalidad de las tareas. Otras consecuencias, se refieren directamente a las mamás que han abandonado sus asuntos de salud, descanso y esparcimiento. Con el tiempo el cuerpo se agota y comienzan a aparecer los síntomas de una vida estresada.
El desarrollo de la carrera profesional de las mujeres desde tiempos remotos ha sido un desafío. Una mujer trabajadora fue por años una especie inexistente, pues el trabajo de ésta estaba destinado al hogar y los niños. Esto en particular por la falta de apoyo paterno en la crianza de los hijos. Pero la vida ha cambiado. En la actualidad siguen habiendo sociedades donde algunas mujeres mantienen sus antiguas costumbres laborales, pero cada día son menos.
No obstante, aún se debe lidiar con los prejuicios; ¿por qué una mujer no puede trabajar? Resulta más complicado cuando es madre. Una mujer con hijos recibe menos oportunidades laborales que una soltera, pero sigue siendo la mujer la menos atractiva para el cargo. Las empresas asumen que las complicaciones femeninas, pueden ser contraproducentes para ellas. Es posible que comiencen a aparecer excusas a propósito de los niños, como enfermedad o compromisos de escuela. Sin embargo, hay madres trabajadoras que cumplen fielmente con ambos papeles: el de madres y el de empleadas. Quizás en un futuro no muy lejano se logre admirar estas cuestiones y valorarlas como corresponde.