Menú Cerrar

Como cuidar los dientes en el embarazo

google.com, pub-7666417097156588, DIRECT, f08c47fec0942fa0

Es necesario en esta etapa del embarazo extremar los cuidados de la higiene dental. Las alteraciones bucales propias del embarazo, aunque frecuentes, no son inevitables y pueden prevenirse realizando una adecuada higiene bucal con un cepillado después de las comidas y usando la seda dental.

La aparición de caries y la gingivitis (inflamación y sangrado de las encías) son problemas que frecuentemente se ven en las embarazadas y pueden llevar a la pérdida de piezas dentales. Esto se debe a que la saliva de la futura mamá es más ácida y hay un aumento de ciertas hormonas, situación que, en conjunto, favorece el desarrollo de determinados microorganismos que están en las encías.

Sin embargo, que el embarazo predisponga a este tipo de inconvenientes no significa que no puedan evitarse: un cuidado adecuado con medidas preventivas y guiado por un profesional es fundamental para atravesar esta etapa sin problemas dentales.

La futura mamá puede tomar medidas durante los nueve meses para prevenir problemas dentales y también para fortalecer la dentición del bebé que está por nacer. Por eso, una vez confirmado el embarazo es aconsejable agendar una visita al odontólogo, quien trabajará en la prevención con dos armas básicas: el cepillado y el flúor.

Aunque la mujer sea adulta y “sepa” cepillarse los dientes, en esta etapa es muy importante repasar la técnica con el odontólogo y realizarla a la perfección, utilizar un cepillo adecuado y aumentar la frecuencia del cepillado. Además, hay que evitar estar comiendo cosas dulces permanentemente (por ejemplo, caramelos), ya que todo lo que sea dulce produce más acidez bucal. Por eso, si se va a consumir algo dulce, lo ideal es comerlo de una vez y enseguida lavarse los dientes en vez de estar “picando” todo el día.

Además de cepillarse más y mejor, la embarazada debe utilizar una pasta dental y un enjuague bucal con flúor que debe ser indicado por el odontólogo, quien es el que puede evaluar exactamente la dosificación de flúor adecuada para cada paciente.

Es importante que tanto la pasta como el enjuagua sean indicados por el profesional ya que actúan localmente y, si se usan en exceso, pueden matar más microorganismos de los necesarios y terminar favoreciendo el crecimiento de hongos.

Durante el embarazo, además, conviene no sacar radiografías ni utilizar anestesia salvo que resulte imprescindible y siempre con los cuidados correspondientes: el uso de anestesia debe chequearse con el obstetra y para la radiografía hay que utilizar un delantal de plomo.

Si una mujer queda embarazada en medio de un tratamiento de conducto o de implantes dentales, habrá que evaluar y es importante que conversen el odontólogo y el obstetra. De todos modos, lo más recomendable es colocar alguna prótesis provisoria y continuar el tratamiento después de que nazca el bebé, controlando con el pediatra la anestesia y medicación que se utilice con la mamá, si es que está amamantando.

Si la embarazada estaba haciéndose un blanqueamiento -o pensaba hacérselo-, no hay problema: es un tratamiento local en el diente, y si el odontólogo no excede el tiempo de exposición, el procedimiento no es nocivo para la embarazada ni para nadie, porque no se llega a la pulpa del diente ni pasa ningún producto al torrente sanguíneo.

Una mujer que cursa un embarazo normal puede atenderse durante los nueve meses, pero es fundamental que vaya al consultorio sin miedo, porque el miedo puede provocarle contracciones.

La visita frecuente al odontólogo durante el embarazo, el cepillado correcto, la pasta dental y el enjuague adecuados, entonces, garantizan que la embarazada va a tener un 70 por ciento menos de complicaciones de tipo odontológico.

Y además del flúor para sus propios dientes, el odontólogo puede indicarle a la embarazada que ingiera flúor para reforzar la dentición primaria del bebé que se está formando. Se trata de pastillas o gotas que, una vez nacido el niño, se le administrarán directamente para que también vayan reforzando la dentición permanente. Como hay algunas diferencias entre los médicos con respecto a la ingestión de flúor en las embarazadas, se recomienda conversarlo tanto con el odontólogo como con el obstetra, para tomar una decisión consensuada.