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Sin quererlo, muchas veces los papás somos responsables de que nuestros hijos sean sexistas o tengan una visión distorsionada del sexo opuesto y de sus capacidades para realizar las mismas tareas y trabajos. Somos responsables de los paradigmas y la visión de vida que les inculcamos a nuestros hijos.
Para evitar ciertos prejuicios, es importante que, en primer lugar, demos el ejemplo, y que ésto se logre transmitir con hechos, no sólo con frases hechas o palabras. Los niños que crecen en hogares donde ambos padres/madres comparten las responsabilidades laborales y familiares y donde se respetan mutuamente tienen mayores probabilidades de reproducir relaciones equitativas en su vida adulta.
También, se pueden incentivar juegos, juguetes y libros no sexistas que no segreguen y categoricen espacios, temas, actividades y roles para niños y niñas es. Hay que asegurar que tanto niñas como niños aprendan y gradualmente tomen responsabilidades relacionadas con el cuidado, el orden y la limpieza, así como tomar decisiones, liderar iniciativas, expresar sus opiniones y resolver problemas apropiados para su edad.
Es importante oponerse ante cualquier burla sexista, comentario peyorativo o que refuerce roles estereotipados de género. Esto va desde preguntarle a un niño de 4 años cuantas novias tiene, hasta reírse de él porque tiene miedo o criticar a una niña porque se muestre dominante, o porque no se preocupa por cómo luce estéticamente. Decirle a un niño que “no llore como una nena”, o a una niña que “no se ensucie como un varón” podría ocasionar estereotipos equivocados que repercutan en la visión que nuestros niños se formen a futuro.
Hay que incentivar a las niñas en el aprendizaje de ciencias exactas, enfrentando los sesgos inconscientes de que , por ejemplo, la matemática es “cosa de varones”. En Latinoamérica, el desempeño matemático de las nenas suele ser inferior al de los niños y , aunque parezca increíble, esto se debe en gran medida a que las niñas suelen pensar o mejor dicho, suelen ser llevadas a “pensar”, que no son buenas para el área de ciencias exactas. De esta manera, pierden el interés en esta materia y esto es reforzado por los adultos (en el hogar y en la escuela), lo cual repercute más tarde en el bajísimo número de mujeres que escogen carreras en ciencia, tecnología, física, ingeniería, entre otras, y está relacionado con sectores laborales peor remunerados.Siempre hay que ofrecer oportunidades para que las niñas tomen riesgos y realicen actividades físicas. Sobreproteger a las nenas e insistir en que “tengan cuidado” en vez de incentivarlas a que superen su temor y desarrollen coraje como se hace con los varones, porque se las piensa frágiles, y temerosas, sólo les enseña a ubicarse en un segundo plano y a evitar actividades fuera de su área de comodidad y no se las prepara para ser protagonistas de sus propias vidas.