Los cambios son parte normal de la vida, hacen que entremos en conexión con nuestros temores, dudas y desconfianzas. Los chicos, debido a la falta de experiencia, no tienen la capacidad de valorar o calcular las situaciones que van a experimentar. Los cambios en los niños provocan diferentes reacciones, tales como temores, desconfianza o ansiedad.
Cambiar de escuela implica que el niño deberá adaptarse a nuevas circunstancias, para las que posiblemente no esté preparado. Comenzar en un nuevo colegio trae consigo un complejo proceso de adaptación en el que el menor debe enfrentar su miedo a lo desconocido. Experimentará emociones de incertidumbre o inseguridad que lo pueden llevar a sentirse indefenso ante la nueva realidad. Aun así, no hay que dejarse envolver por la negatividad : los cambios pueden abrir paso a una nueva oportunidad de crecimiento, en la que todo dependerá de que actitud asuma y cómo nosotros, como papás, podamos ayudarlos a transitar este paso. Debemos principalmente apoyarlos y prepararlos para que afronten la transición con tranquilidad, confianza y éxito.
Sin embargo, también es importante comprender que cada nene/a tendrá su propia forma de expresar el desconcierto que le causa la nueva circunstancia. Por esa razón, debemos estar atentos a las señales que ellos manifiesten. Debemos tener disposición de ayudarlos y servirles de compañía. Nosotros reprsentamos la estabilidad para nuestros hijos y somos quienes podemos suavizar las consecuencias del cambio.
Despegarse de todo lo que para el niño ha representado estabilidad no es nada fácil. Pueden pasar por una gran cantidad de sentimientos que van desde la nostalgia, la bronca, el enojo, la frustración, la ansiedad, el miedo, cierto pesimismo, la tristeza, el agobio, pero incluso también la alegría y ciertas expectativas. Algunos niños se pueden mostrar muy resistentes al cambio, mientras que otros parecerán positivos, flexibles y muy adaptables. Cuanto más drástico sea el cambio, mayor será la obstinación que el niño podría expresar. No se puede medir con exactitud el grado de impacto que tendrá inscribir a nuestro hijo en un nuevo colegio. La intensidad de los sentimientos va depender de qué cosas debe abandonar el niño y con qué se va a encontrar. Si logra hacer nuevos amigos en poco tiempo, el cambio será más llevadero. Como papás, hasta también debemos tener en cuenta que puede ser posible que académicamente les vaya peor y que disminuya su rendimiento escolar.
Algunos cambios con los que tienen que lidiar:
Cuando sabemos que la decisión de cambiar a nuestro hijo de colegio es irreversible, debemos comunicárselo lo más pronto posible. Hay que conversar con él abiertamente y darle la oportunidad de que exprese sus inquietudes e inseguridades. Es probabe que se muestre reticente y negativo. Nunca hay que mentirle y hacerle creer que lo vamos a proteger de los efectos del cambio, ya que tarde o temprano, él mismo se dará cuenta de que deberá hacer frente a ellos de todas formas.
Empezar en una nueva escuela le brindará la oportunidad de empezar de nuevo, hacer nuevos amigos. Hay que mostrarse positivos para que él o ella pueda llegar a disfrutar del cambio en lugar de padecerlo.
Con este detalle, no se sentirá perdido cuando le toque asistir a clases. Que tenga contacto con la nueva directora o quienes trabajen en el colegio. Hacer un recorrido por las instalaciones y, de ser posible, que sepa cuál será su nueva sala o aula, la biblioteca, el comedor, el patio, el gimnasio, etc.
La prevención es la mejor opción. Cuanto más sepamos y le informemos al niño, mejor será para todos. Explicarle bien cuáles son los horarios de llegada y salida, qué útiles escolares va a necesitar, quiénes serán sus maestros, (y compañeros/as (en caso que sea posible), entre otras cuestiones.
Una forma rápida de integrarse con sus compañeros/as fuera del horario escolar es participando en actividades extraescolares. Que se sume en algún equipo deportivo que le guste, ya sea: football, volley, basquet, gimnasia artística, o incluso que participe de talleres como: plástica, arte, música o teatro.
En resúmen, es importante tener paciencia y darle tiempo a nuestro hijo para que se adapte al cambio. Esto hará que el chico experimente por sí mismo cosas diferentes y contribuirá a su madurez. Si respetamos su espacio y le brindamos confianza ante el nuevo panorama y situación, le ayudaremos a reforzar su autoestima y seguridad. Así, el cambio de colegio a los niños les será positivo.
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