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Cómo ayudar a los chicos a transitar la muerte de su mascota

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La muerte de una mascota puede ser un acontecimiento muy doloroso para las personas que conviven con ella, menos que la muerte de un familiar directo, pero más que la de ciertos parientes. En un estudio realizado en Gran Bretaña sobre el fallecimiento de una mascota se comprobó que más del 90% de los dueños experimentaron un trastorno en los hábitos de sueño o tuvieron dificultades con su alimentación, ambos síntomas de depresión clínica. Más de la mitad se volvieron absortos y evitaron tener actividades sociales. Casi el 50% se encontró con dificultades relacionadas con el trabajo y perdieron entre uno y tres días laborales como resultado de la apatía o del bajo nivel de energía. Incluso, hay indicios de que las parejas casadas son más propensas a divorciarse después de la muerte de una mascota en casa.

El impacto que genera la muerte de una mascota depende de cada persona y de su edad pero, en general, podría afirmarse que hay dos grupos especialmente vulnerables: los ancianos y los niños. Los niños pueden estar profundamente abatidos por esta muerte, aunque no se les note. Para los más chiquitos, que desde que nacieron han convivido con un perro o un gato y que suelen ser los que más interactúan con ellos, puede resultar especialmente difícil comprender esta pérdida. Tendrán que transitar el proceso de duelo y completar el ciclo, desde que se entierra a la mascota, visitar su tumba hasta terminar recordándolo con cariño por todos los años compartidos. También hay cementerios virtuales donde se pueden publicar fotos y leer comentarios de otras personas que han pasado por lo mismo. Conocer el testimonio de otros, y saber cómo han logrado superar la pérdida, ayuda a salir adelante.

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Para todo niño, la muerte de su mascota produce sentimientos de mucho dolor y tristeza, ya que ellos no entienden aún lo que es la muerte y porque debió morir. Debemos consolarlo y brindarle toda la paciencia y el amor que necesite para poder superar esta situación. Poco vale en este momento todas las explicaciones médicas que pretendamos dar.Todo dependerá también de la edad del niño. Entre los 3 y 5 años, ellos aun no comprenden lo que significa la muerte y ven al hecho como algo temporario y que el animalito volverá en cualquier momento.Llegando a los 6 años de edad y hasta aproximadamente los 8, ya comprenden un poco esta situación y sus consecuencias, y cerca de los 10 años entienden que la muerte es un hecho totalmente irreversible. Muchos niños se enfrentan por primera vez a la muerte con la perdida de su mascota. No hay una formula mágica para informarles sobre el acontecimiento e impedir su tristeza, enojo o negación, pero si, podemos crear un ambiente tranquilo, en donde le hablaremos con calma y respondiendo a todas las preguntas que puedan surgir de ellos. Necesitamos ser claros y sinceros, y evitar respuestas vagas, o peor aún, las mentiras, ya que todo esto genera mayor confusión.

No hay que impedir que el nene/a exprese sus sentimientos, es normal y necesario que lo extrañe, que se sienta enojado o inclusive sienta celos de las mascotas de sus amigos o familiares, es parte de su duelo personal. También es conveniente que expresen los adultos su propio sentimiento ante la muerte de la mascota. Cuando se muestre muy nostálgico, pueden recordar juntos momentos divertidos y alegres con su mascota para levantarle el ánimo. No es malo recordar a un ser querido, si lo hacemos con amor y buscando en la memoria todos los buenos momentos compartidos. Hablar sobre la mascota perdida puede ser una muy buena forma de superar la nostalgia por la separación.

Reemplazar al animal fallecido con una nueva mascota puede ser una buena medida para recuperarse del golpe, aunque nunca de manera continua a su muerte. Adquirirla demasiado pronto podría ser contraproducente. Hay que asegurarse de que uno está en condiciones de hacerse cargo de un nuevo amigo y que éste será bien atendido.