La Colecistoquinina (CCK), una hormona de la saciedad que se produce en el intestino después de comer, ayuda a sentirse lleno. También mejora la digestión al ralentizar el tránsito de los alimentos desde el estómago. Aumentando así la sensación de saciedad e incrementando la liberación de líquidos y enzimas del páncreas para metabolizar grasas, proteínas y carbohidratos. Además, la CCK puede afectar a los centros del apetito en el cerebro de forma que reduzca el apetito y la consiguiente ingesta de alimentos. Aunque este mecanismo no se conoce del todo.
Suele ser muy común en bebés de pocos meses. Están tomando el pecho por aproximadamente media hora, luego se quedan dormidos y, al cabo de unos 20 minutos vuelven a despertarse con ganas de volver a ser amamantados. Esto se interpreta de manera equivocada casi todas las veces. Quienes rodean a esa mamá y su bebé, suelen lanzar comentarios del estilo: “Se quedó con hambre porque no tenés leche suficiente”, “pobrecito, se ve que le cuesta…”, “tu leche no lo satisface”, “dale una mamadera como complemento así queda satisfecho”, “dale un chupete y así se va a calmar y a dormir”, etc.
En los bebitos, la COLECISTOQUININA (CCK) es una hormona de saciedad o tranquilizadora que cumple funciones fundamentales tanto en su papel de hormona gastrointestinal como en en su actuación como neurotransmisor del sistema nervioso.
La producción de CCK se estimula con la succión (no necesariamente con la alimentación). Al cabo de unos veinte minutos de succión, el nivel de CCK en el bebé se ha incrementado lo bastante para hacerle dormir y descansar. Pero pasados otros tantos minutos ese nivel vuelve a descender y le produce al bebé sensación de “hambre”. Eso hace que el bebé se despierte como si no hubiera comido nunca, con renovada energía para mamar nuevamente. Con la succión, otro aumento de CCK lo dejará frito con carita de felicidad.
La CCK hace que el bebé no se esfuerce demasiado y, a la vez, hace que se despierte a no ser que haya succionado lo suficiente como para mantener la hormona en un nivel adecuado, de modo que garantiza que no mame de menos y asegura una buena alimentación en el bebé y una buena producción en la madre. Es la forma que tiene la naturaleza de asegurar el sueño y mantener una buena producción de leche. ¿Por qué entorpecer un sistema tan bueno? Lo que conviene hacer es amamantar al chiquito otra vez, y asi es muy probable que finalmente se quede dormido.
El uso del chupete también libera CCK. El bebé puede dormirse con el chupete teniendo la sensación química de haber comido suficiente pero, en realidad, se le está escatimando una toma. El resultado puede ser un aumento de peso más lento y una menor producción.
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