Cuando ya tienen 5 años, nuestros hijos/as poseen gran capacidad de expresión, sentimientos y caracter definidos, son sociables, tranquilos o inquietos, pero sobre todo, son seres con enorme necesidad de descubrir y aprender. Al llegar a esta edad ya han adquirido una gran experiencia con el manejo de su propio cuerpo. Su control de la motricidad fina y gruesa es ya considerable y son capaces de hacer muchas cosas por si mismos. También, reconocen los límites de su cuerpo y han desarrollado un esquema corporal muy completo. Por medio del ejercicio y los movimientos ya sabe relacionar el entorno con la posición de su cuerpo y su posición. Incluso la lateralidad ya está asentada y tiene un dominio mayor una parte del cuerpo sobre la otra y puede comprender o al menos iniciarse en los conceptos de izquierda y derecha. Su control de la motricidad fina es evidente aunque sigue trabajando en el espacio y las posiciones de los objetos guiado por sus sentidos. Necesita manipular las cosas, investigar la materia y su funcionamiento, para interiorizar las leyes físicas. Tiene muy bien desarrollado el equilibrio: logra saltar sin problemas, ponerse en puntas de pie saltar en 1 solo pie. Sabe agarrar un lápiz o marcador con precisión, escribir su nombre y pintar objetos reconocibles, además de estar preparado para aprender a lavarse los dientes, peinarse o limpiarse al ir al baño, aunque para estas cosas es normal que necesite ayuda y le guste que estemos pendientes de él.
Los chicos/as de 5 años sienten un enorme apego a sus padres, aunque sus emociones muy intensas le pueden llevar a oponerse a ellos, lo que se soluciona con comprensión y afecto.Sigue siendo fundamental para él contar con su presencia como modelo y como figuras de protección aunque reclame una mayor autonomía y disfrute con las relaciones sociales y el juego con otros niños y adultos. Disfruta de los juegos de grupo y de las reglas de comportamiento, siendo capaz de empatizar con los sentimientos de los demás siempre que seamos capaces de haber respetado sus sentimientos en sus años previos. Los juegos libres son una gran fuente de placer y de aprendizaje para ellos. Las reglas en las relaciones sociales y el consenso respetuoso son las grandes conquistas que les esperan, y para lograrlas la presencia no invasiva de un adulto de confianza y amoroso es muy importante. Le gusta hablar y ser escuchado. Valorar sus opiniones y permitirle participar en las decisiones que le vayan a influir es muy importante para ellos. No siempre aceptará la autoridad paterna, pero eso también forma parte de su sana evolución para construir su personalidad.
Jamás pasará una etapa de mayor ebullición mental hasta que llegue a la adolescencia. Todo quiere saberlo, descubrirlo, se interroga y nos interroga continuamente para satisfacer esas ansias de saber que le llenan la cabeza. Ya se reconoce perfectamente como un ente independiente, y por ese motivo explorar las relaciones y sus consecuencias es una parte fundamental de su desarrollo. El tiempo ya tiene sentido para él. Puede jugar hoy a un juego y seguir al dia siguiente, o entender que pasará esa tarde, o mañana o la semana que viene, adaptando sus deseos a la secuencia temporal y aprendiendo a esperar. La causa y la consecuencia, las secuencias temporales y de cantidad son la gran conquista de su desarrollo intelectual y para todo eso busca continuamente la conversación y la opinión de su entorno. La muerte, los dioses y el nacimiento son objeto de profundas reflexiones, que pueden irse desarrollando en su interior hasta que en determinado momento, de forma sorpresiva, las exprese abiertamente.