Actualmente, en el mundo existen unos 80 millones de parejas que sufren trastornos de la fertilidad, es decir, entre el 10 y 15% de las parejas de hasta 45 años de edad que buscan un embarazo. Mundialmente, el 30 % de las reproducciones asistidas son con ovodonación (la futura madre recurre a un banco de óvulos para lograr un embarazo) y, existe otro porcentaje menor de mujeres que recurren a un banco de semen para tener un hijo.
El promedio de edad en el cual muchas mujeres deciden encarar un tratamiento de fecundación asistida es de entre 36 y 41 años. A medida que la mujer cumple años, la calidad de los óvulos va empeorando. Y su capacidad reproductiva va disminuyendo. Hasta los 35 años la posibilidad de gestación de un embarazo es del 50 %. Pero con el cumplir de los años, su calidad reproductiva baja drásticamente. Con 38 años el 70 % de sus óvulos son anormales o tiene algún defecto. Además, no sólo la reserva ovárica es menor, sino que también va disminuyendo la calidad de los óvulos aumentando de esta manera los riesgos de infertilidad y aborto.
Existen muchas causas para recurrir a un banco de gametas, como se lo llama en medicina, que exceden los límites de la medicina: a la imposibilidad de lograr un embarazo con los óvulos o espermatozoides de la pareja por cuestiones médicas se le suma la necesidad cada vez más instalada y naturalizada de recurrir a la donación de terceros ya sea porque no hay pareja, o bien en los casos de parejas homosexuales. En Argentina, donde realizan aproximadamente 15.000 técnicas de reproducción asistida por año, existen cifras similares a las del nivel mundial en cuanto a la búsqueda de donación de gametas.
Con el avance de la medicina en general y de las técnicas de reproducción asistida, las chances de lograr un embarazo son cada vez más altas, ya que mejoran año tras año. La calidad de los óvulos son marcadores del paso del tiempo y esto se ve reflejado en los resultados: mientras que para las mujeres menores de 35 años las tasas de embarazo con Fecundación in Vitro son de alrededor del 40%, después de los 40 años bajan aproximadamente al 15 %, y pasados los 43 años la tasa de niño nacido es del 1%.
Cada caso es único
Ya sea una pareja o una mujer los que asisten a una clínica para lograr un embarazo, cada cada es diferente y único. Primero, se realiza una entrevista a la mujer o la pareja que se acercan con la voluntad de tener un hijo. Además de una entrevista psicológica, se ordenan una serie de estudios médicos para hallar las posibles causas de por qué no se logra el embarazo.
En los que casos de mujeres solas que no poseen problemas físicos para concebir y que buscan directamente la donación de semen, se suelen ordebar exámenes hormonales y de sangre, se pide una ecografía y una histerosalpingografía (que permite comprobar el estado de las trompas de Falopio y de la cavidad uterina). Se estudia el caso concreto y se determina si se va a realizar un tratamiento de fertilización asistida, de baja complejidad o de alta (que requerirá más medicación para generar más ovulos). Si se escoge realizar un tratamiento de baja complejidad, se realizará en definitiva una inseminación artificial. Se le indicará al paciente medicación con progesterona y otra más para que ovule y genere uno o dos folículos. A las 36 horas, la muestra de semen donada se deposita con un catéter en el útero. La posibilidad de gestación con este tratamiento es del 25 % por ciento en mujeres jóvenes Este procedimiento se puede repetir unas 6 veces, ya que el 93 % ciento de las mujeres se insemina en las primeras seis veces.
El procedimiento de alta complejidad, implica la fecundación in vitro o la técnica ICSI. La diferencia es que en la fecundación in vitro, alguno de los 100.000 espermatozoides que contiene una gota de semen va a fecundar el óvulo en laboratorio. Ese embrión luego se colocará en el útero de la mujer. Con la técnica ICSI, se elige en la clínica al mejor espermatozoide para que fecunde al óvulo más apto y de mayor calidad de la mujer. La posibilidad de gestación en mujer joven con esta técnica es 50 %, pero pasados los 38 años la posibilidades bajan notablemente. En Argentina, existen 3 bancos de gametas (óvulos y semen), todos situados en Capital Federal. Aparte, están los que existen en las clínicas privadas.
Las técnicas médicas de reproducción asistida son similares a las de años atrás, pero en lo que realmente se avanzó y mucho fue en el conocimiento para elegir los mejores óvulos o espermatozoides y en definitiva o sobretodo del embrión que se va a utilizar para inseminar a la mujer. Cada vez hay una inversión en mejor tecnología y más colaboración.
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