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Ser abuelo no es una obligación

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En muchas familias, los abuelos son las principales figuras de cuidado y educación de los niños. Pero los abuelos deben tener la posibilidad de poder elegir si quieren asumir dicho papel.

Los abuelos, en la mayoría de los casos, son personas que sabemos que siempre están ahí, que nos ayudan a ejercer la maternidad o partenidad, que cuidan de nuestros pequeños, que nos aportan tranquilidad y sabios consejos. Suelen estar jubilados, llegando, así, a esa edad en la que deberían disfrutar de la propia vida, sin ataduras laborales. En cambio, muchas veces, se ven obligados a atender las necesidades familiares de sus hijos, encargándose de la crianza de los nietos. Esto puede suponer una pérdida en la calidad de vida e, incluso, un aumento de los riesgos de padecer ciertas enfermedades, sobre todo si tienen que hacerse cargo de los niños durante largos periodos de tiempo.

De hecho, pueden llegar a padecer el síndrome del abuelo esclavo, un síndrome caracterizado por las siguientes manifestaciones clínicas: Hipertensión arterial, Ansiedad, Cansancio y fatiga,  Caídas fortuitas, Sofocos y taquicardias, Tensión muscular, Malestar general, Tristeza y desánimo, Falta de motivación, Descontrol metabólico y sentimiento de culpabilidad. Esto se produce por el agotamiento, el estrés y el sobreesfuerzo físico y emocional que puede implicar el hecho de hacerse responsable de un niño pequeño cuando uno ya ha llegado a la etapa de la vejez. Estos suelen ser casos extremos en los que los abuelos se ven obligados a realizar permanentemente ciertas funciones familiares que no desean llevar a cabo.

Por otro lado, también hay muchos abuelos que atienden a sus nietos sin ningún tipo de problema. Pero estos suelen ejercer como cuidadores auxiliares, quedándose a cargo de los niños durante breves y limitados periodos de tiempo. Esto es lo ideal, ya que de esta manera, los abuelos disfrutan de sus nietos sin llegar a tener que realizar un esfuerzo desmedido. Así, eligen ejercer como abuelos sintiendo una gran satisfacción por ser útiles en el entorno familiar y poder aportar un granito de arena a la educación de los más pequeños. Además, estos abuelos que asumen el papel de cuidador auxiliar tienden a manifestar su agrado por estar más cerca de los nietos y estar, de algún modo, conectados a ellos de modo físico y emocional, de forma que los niños llenan sus vidas de actividad, diversión y felicidad. En definitiva, los abuelos que eligen asumir el rol de cuidador de los nietos, en momentos puntuales, consideran que dicha tarea es placentera.

Además, les aporta los siguientes beneficios:

  • Sentimiento de actividad.
  • Mejora del estado de ánimo.
  • Aumento de la autoestima.
  • Mejora del autoconcepto por ser valorados positivamente por la familia.
  • Seguridad de que los niños reciben una atención adecuada.
  • Sentimiento de realización personal.

Por todo lo anteriormente mencionado, ejercer como abuelo debe ser una elección, no una obligación. T, es bien sabido que aquellos abuelos/as que cuidan a sus nietos desde pequeños dejan una huella en el alma que permanece para toda la vida.