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Cómo actuar si nuestro hijo tiene un amigo imaginario

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Los amigos imaginarios son comunes y normales en los niñosy, son producto de su propia creatividad y de su desarrollo emocional. Sin embargo, muchos papás suelen preocuparse y muchos otros no saben cómo actuar en estos casos. “El amigo imaginario” son seres creados por la mente vibrante y fantaseosa de los chicos de entre 2 y 4 años de edad que poseen una mente muy cretaiva y que son muy sensibles. Se da justo en la etapa en las cual los niños/as  comienzan a aprender el lenguaje y a relacionarse. Su existencia se debe a varios motivos y, generalmente, así como aparecen, también suelen desaparecer.

A los padres les sorprende ver a su hijo jugando y conversando solo. Cuándo se le pregunta al niño de qué se trata, este responde calmadamente que se trata de su nuevo amigo. A muchos padres les resultará divertido, otros se angustiarán. Un estudio en niños de 3 a 4 años, encontró que 2 de cada 3 niños tenían amigos imaginarios. De la muestra de 152 niños estudiados, 70 % eran niños primogénitos o hijos únicos.Sin embargo, no hay una relación directa entre la soledad y el amigo imaginario. Los niños que tienen hermanos también tienen amigos imaginarios. Igualmente ocurre con niños que crecen en ambientes rodeados de adultos: unos crearán amigos imaginarios, otros no.

El amigo imaginario ayuda al niño a expresar sus sentimientos y a mejorar sus habilidades comunicativas. Pueden ser compañeros de juegos, incluso teniendo hermanos. También pueden surgir ante una carencia o conmoción afectiva.

¿Cómo suele ser el amigo imaginario?

Cada niño/a tendrá su propio amigo imaginario. Unos serán invisibles, otros estarán representados por el muñeco o peluche favorito. Este personaje es producto de la imaginación y las emociones del chico/a. Por lo tanto, tendrán nombre y personalidad propia. Los niños saben que estos compañeros solo existen en su imaginación. Pueden ser niños de la misma edad y tamaño de nuestro hijo, o tan pequeño como para llevarlo dentro de un bolsillo al parque o a la casa de la abuela. También, pueden ser animales, superhéroes o el personaje preferido. Se trata de “aliados” de los niños. Los ayudan a enfrentar las dificultades como el divorcio de los papás, el fallecimiento de un ser querido, la llegada de un nuevo hermano, un cambio de escuela o una mudanza. Por lo tanto, cambian a voluntad del niño y hacen lo que el niño necesita que hagan. Estos compañeros aparecen y desaparecen mientras el niño desarrolla y mejora sus habilidades sociales.

Hasta los 6 a 7 años es normal que un niño tenga un compañero imaginario. Incluso, hasta existen casos de adolescentes con amigos imaginarios y , si bien son casos menos comunes, no por eso se consideran como un problema patológico. Los papás deben actuar, ante todo, con total naturalidad. Hay que evitar ignorar o negar al amigo imaginario de nuestro hijo. Así como no debemos retarlos u obligarlos a olvidar a este personaje, tampoco fhay que fomentar la relación. Simplemente, se debe actuar con naturalidad cuando aparezca, y cuando no esté, ni mencionarlo. Hay que dejar que el niño/a hable libremente sobre su nuevo amigo. Escuchar y observar qué dice y cómo lo expresa. Es necesario “conocer” a este personaje para que así podamos determinar cuándo hay un problema.

Si el niño utiliza a su amigo imaginario para saltearse una norma o cometer una travesura, no debemos permitirlo y, si tambiém pretende eludir alguna responsabilidad o justificar un mal comportamiento argumentando que fue “culpa” del amigo imaginario, sin perder la tranquilidad ni ridiculizarlo, no debemos dejar que lo haga. Este personaje sólo existe en la imaginación de nuestro hijo y tanto los juegos como conversaciones se darán cuando el niño no tiene con quien jugar o relacionarse. Hay que insistir para que esto suceda de esta manera. Por otra parte, es bueno intentar que el niño/a se encuentre con amigos reales para jugar y socializar. No le estamos pidiendo que olvide al amigo imaginario pero a medida que el pequeño/a desarrolla sus habilidades psicosociales, los amigos imaginarios tienden a desaparecer.

¿Cuándo hay que preocuparse?

Cuando un niño tiene un amigo imaginario no hay de qué preocuparse. Estas creaciones no son alucinaciones ni problemas patológicos.

Sin embargo, si se presentan alguna de las siguientes situaciones, puede haber un problema mayor que amerite la intervención de un psicólogo o terapeuta:

  • El niño se aísla y prefiere jugar con el amigo imaginario antes que con amigos reales. Solo se siente cómodo con el amigo imaginario.
  • Hay cuadros de excitación, pérdida de control, confusión mental o irritabilidad cuando “aparece” el personaje.
  • Notamos que la personalidad del amigo imaginario es agresiva o conflictiva y, que genera malestar o miedo en el niño.
  • El niño adopta la personalidad agresiva o conflictiva del compañero imaginario.